El boxeo sigue siendo un deporte muy atractivo para los amantes de la actividad física, e incluso ya logró que otros se especialicen en esta disciplina hasta llegar al nivel profesional como sucedió con Linn Sandstrom, una pugilista sueca, pero radicada en Australia que encontró su fuente de inspiración en el pugilismo, luego de practicar por mucho tiempo al tenis de mesa.
De la raqueta al combate físico:
A pesar de ser raro que los atletas que llevan años practicando un deporte, opten por probar suerte en algo nuevo, Linn intentó y no falló, aunque entró a las peligrosas disciplinas de contacto.
Durante toda su infancia, Sandstrom, nacida en Växjö, al sur de Suecia, practicó al tenis de mesa y en esa localidad era conocida por sus buenos resultados.
“Todos me conocían por ser la niña que jugaba al tenis de mesa”, comentó en entrevista para WalfOff. “Es un gran salto pasar del tenis de mesa al boxeo, pero toda mi vida he sido una atleta y lo que amo es el estilo de vida que se lleva”, continuó.
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En el boxeo profesional, ya debutó en el 2020, aunque empezó con el pie izquierdo, sufriendo una derrota, ante Jessica Cashman en Newcastle, Australia. Sin embargo, esta semana logró tener su revancha y probó la miel de la victoria, tras vencer por decisión unánime a la australiana Felicity Loiterton, en los pesos moscas.
“Después de la derrota, la gente decía: -¿Por qué tiene otra oportunidad, por qué vuelve a estar aquí?- No pueden entenderlo. Estuve aquí para demostrar por qué estoy aquí, y esto es solo el comienzo. Soy una mujer que no solo dice que hará cosas, estoy aquí para trabajar y eso parece irritar a mucha gente” dijo la boxeadora de 29 años de edad.
La transformación física:
Como era de esperar, el cambio físico de Linn Sandstrom fue muy favorable y tras cinco años de acondicionamiento su físico ha causado mucha sorpresa.
Linn, era una niña que su peso se mantenía en los 48 kg y no podía incrementar masa muscular por el deporte que practicaba anteriormente, sin embargo, encontró en el boxeo una pasión que le ayuda a superar los 50 kg, sin tener grasa en su cuerpo, pero todo se trató de “disciplina y paciencia” y continuar haciendo lo que más le gusta.
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