Hay más dudas que certezas en las Águilas de Philadelphia tras su partido de lunes por la noche frente a los Seattle Seahawks.
Luego de la derrota 23-17, las opciones y rango del error-movimiento son nulas. Ahora tienen récord de tres ganados, siete perdidos y un empate.
Las principales interrogantes son los cambios pueden hacer para revertir esta inercia negativa en la que están sumergidos, porque además, siendo objetivos, no se ve ninguna especie de mejoría conforme pasan las semanas.
Comencemos con Doug Pederson, el entrenador en jefe. En la conferencia de prensa y sin ningún cuidado al realizar la pregunta, se le cuestionó de forma frontal si considera que su empleo esté en riesgo tras los malos resultados… al estratega no le quedó más que aceptar que “no tiene nada asegurado” y que de lo único que tiene certeza es de la buena relación que lleva con el dueño, Jeffrey Lurie.
Algunas de estas preguntas podrían ser para el Sr. Lurie, obviamente, pero mi trabajo es preparar al equipo y estar listo para Green Bay.
Las razones del bajo nivel de las Águilas de Philadelphia
Hay problemas para conseguir mover el balón en la ofensiva, pero el único cambio real que se puede hacer sin tener que despedir al entrenador es que una persona distinta sea quien que decida las jugadas a mandar. Es poco viable, ya que en gran parte ese es el trabajo del entrenador en jefe.
Por otra parte, la cantidad de puntos que han anotado en la temporada es preocupante, no han rebasado en ninguno de los partidos la barrera de los 30 puntos.
Urge un cambio y si se cumple el pronóstico de caer frente a Green Bay, cobrarán fuerza los cuestionamientos sobre la continuidad del entrenador.
