La leyenda de Tom Brady crece conforme pasan los años y suma premios a un palmarés sin precedentes dentro de la NFL. El triunfo de los Bucaneros de Tampa Bay sobre los Chiefs de Kansas City no solo supuso el séptimo anillo de campeón para el mítico pasador; también su quinto reconocimiento como el Jugador Más Valioso del Super Bowl.
Para completar la ‘manita’ de MVP’s, el veterano pasador guió a los Buccaneers mediante números que no desentonan con su largo historial en el gran partido: tres pases de anotación, 201 yardas aéreas y 21 entregas completas en 29 intentos.
Cuando parecía que la edición 55 del Super Tazón desataría un choque monumental entre dos grandes quarterbacks, Brady despegó y, al consagrarse como el más valioso, incrementó el récord que ya desde antes ostentaba.
Quien más se le acerca en este rubro es —ya con distancia considerable— es el ex mariscal de los 49ers de San Francisco, Joe Montana, nombrado MVP del Super Tazón en tres ocasiones (1982, 1985 y 1990). Los únicos otros que presumen múltiples galardones son Bart Starr (1967, 1968), Terry Bradshaw (1979, 1980) y Eli Manning (2008, 2012), todos con un par.
Brady, quien disputó esta noche el décimo encuentro por el Vince Lombardi de su ilustre carrera, se había erigido como el hombre más determinante sobre el emparrillado en cuatro oportunidades: 2002, 2004, 2015 y 2017. En cada una de ellas, lo hizo bajo el cobijo de Bill Belichick y la dinastía que juntos forjaron en los Patriots de Nueva Inglaterra. Ahora, fue bajo las órdenes de Bruce Arians.
Esta noche tuvo en frente a Patrick Mahomes, el máximo candidato a sucederlo en el trono de la mejor liga de futbol americano del planeta (y acreedor del premio el año pasado); sin embargo, el joven de 25 años quedó corto en las expectativas y no logró cargar a su equipo hacia el bicampeonato.
