La palabra retorno vuelve a rodear a Serena Williams, una de las leyendas del tenis, luego de que la estadounidense se registrara nuevamente en el programa antidopaje de la ITIA, un requisito indispensable para cualquier atleta que busque competir profesionalmente. Este movimiento, que ha desatado rumores globales, representa el primer paso formal hacia un posible regreso de la campeona de 23 títulos de Grand Slam.
Para los seguidores de Serena, el simple hecho de verla de vuelta en el listado de pruebas antidopaje es suficiente para reactivar la ilusión. La ITIA confirmó su inscripción y dejó claro que Williams ha vuelto al grupo de pruebas que exige a los jugadores reportar ubicación y disponibilidad para evaluaciones aleatorias.
La gran pista: la inscripción al programa antidopaje
La normativa del tenis es clara: cualquier jugador que se retire del circuito y desee volver debe someterse a seis meses de pruebas antidopaje antes de competir otra vez. Que Serena Williams, a sus 44 años, haya decidido iniciar ese proceso es una señal enorme de intención.
Aunque ni la estadounidense ni su entorno han confirmado planes específicos, este paso difícilmente sería casual. Su salida del circuito en 2022, tras el Abierto de Estados Unidos, nunca se etiquetó como retiro definitivo. Serena misma dijo que estaba “evolucionando”, dejando abierta la puerta para un eventual regreso.
En ese entonces, la idea de volver parecía remota. Hoy, la realidad es otra: Serena Williams está oficialmente habilitada para regresar si completa el proceso.
El sueño de un regreso junto a Venus Williams
Un elemento emocional impulsa aún más los rumores: Venus Williams, quien volvió al circuito este año con 45 años, ha dicho públicamente que le encantaría competir otra vez junto a su hermana. Ambas conquistaron 14 títulos de Grand Slam en dobles, una cifra mítica en el deporte.
Venus confesó que extraña compartir la cancha con ella y que ver a Serena entrenando en videos recientes la emocionaba. Ese deseo, sumado al resurgir competitivo de Venus, podría ser un incentivo extra para que Serena decida volver en 2025 o 2026.
La magnitud del posible regreso no es menor: estamos hablando de una de las atletas más influyentes del siglo XXI, cuyo impacto trasciende al deporte. Si vuelve, no solo sería noticia mundial… sería un acontecimiento histórico.
