Logo Inklusion Sitio accesible
LogoFIA.png

Farmacias privadas vs. Carritos del Bienestar: El contraste entre la burocracia, ¿cumplen con las normas?

Mientras abrir una farmacia privada es un “viacrucis” de 24 manuales y permisos de Cofepris, los nuevos “Carritos del Bienestar” operan en la calle.

Para el Doctor Fernando Reyes Mendoza, abrir su consultorio y una pequeña farmacia fue más que una inversión; fue un desafío a la paciencia. Su historia refleja la de miles de emprendedores de la salud en México que, para operar legalmente, deben atravesar un auténtico “viacrucis burocrático”.

Sin embargo, este rigor regulatorio contrasta drásticamente con la nueva imagen que se ve en las calles: los “Carritos de las Farmacias del Bienestar”, una estrategia gubernamental que busca combatir el desabasto , pero que ha levantado dudas sobre si cumple con las mismas normas que se le exigen a los ciudadanos.

24 manuales y trámites sin fin para una pequeña farmacia

Cumplir con la ley no es sencillo. Según explica Juvenal Becerra Orozco, presidente de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (UNEFARM), no basta con tener el local y el alta en Hacienda.

El proceso exige darse de alta ante la COFEPRIS para obtener el aviso de funcionamiento, pero eso es solo la punta del iceberg.

“Tenemos que cumplir 24 manuales de procedimiento... hay que registrar las entradas del producto, que tiene que venir de un distribuidor autorizado”, detalla Becerra Orozco. A esto se suman requisitos como:

  • Croquis de ubicación exactos.
  • Cédulas profesionales y documentación personal.
  • Permisos de Uso de Suelo.
  • Visto bueno de Protección Civil.
  • Capacitación obligatoria a empleados.

Todo esto está diseñado para garantizar las buenas prácticas en el almacenamiento, conservación y manipulación de los medicamentos.

La polémica de los “carritos": ¿Y la cadena de frío?

Frente a esta “maraña de trámites”, han aparecido los carritos de las Farmacias del Bienestar. Se trata de puestos ambulantes que prometen surtir hasta 22 tipos de medicamentos, pero cuya infraestructura genera preocupación entre los expertos.

Para el Dr. Reyes Mendoza, la viabilidad de estos puestos es cuestionable:

“No es muy viable, la verdad, tanto en distribución como en oferta... el estante es muy pequeñito, si te das cuenta es un local de 4 por 3...”, señala el médico.

La crítica central radica en la seguridad sanitaria. Mientras una farmacia establecida es inspeccionada rigurosamente para evitar que el calor, la luz o la humedad alteren las fórmulas químicas de las medicinas, estos puestos operan en la intemperie.

La aparición de estos módulos apunta a una contradicción: las autoridades sanitarias exigen estándares de primer mundo a los particulares, pero despliegan una estrategia que parece no cumplir con los requisitos básicos para proteger la salud de los pacientes.

Videos