Donald Trump alega que desplegar soldados en la frontera con México, es una acción basada en preservar la ley y el orden. El problema que surge con esto, es que las leyes no permiten que el presidente sin consultar y obtener la autorización del congreso, use a las fuerzas militares como si fueran guardias fronterizos; especialmente cuando la emergencia de inmigración ya terminó hace tres meses.
Nunca, ningún otro presidente había usado a las fuerzas armadas como peones de los caprichos presidenciales, pero el 11 de abril de este año, eso cambió cuando el gobierno del señor Trump declaró la “Reserva Roosevelt”, una franja de tierra de 18 metros de ancho a lo largo de la frontera al oeste de Texas, como "Área de Defensa Nacional”.
Si usted ve esta reserva en un mapa, verá que se trata de una extensión larga y estrecha de desplazamiento militar cuyo único objetivo es establecer una trampa para los inmigrantes. Se trata además, de un truco cruel. Cruzar la frontera en ese y otros sitios similares a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos deja de ser una falta de inmigración, para convertirse en una seria intrusión a propiedad militar estadounidense.
Los inmigrantes que han sido detenidos cruzando en Nuevo México, enfrentan ahora cargos penales serios por entrada no autorizada a propiedad militar.
Hasta el 28 de abril, el gobierno federal había acusado a 28 personas del delito menor de “violaciones de las normas de seguridad”, que puede conllevar multas de hasta 100.000 dólares o un año de prisión. Los cargos se presentaron en el Tribunal de Distrito de EE. UU. en Las Cruces Nuevo México.
Algunas zonas de la frontera sur de EU están bajo control militar
Pete Hegseth, secretario de Defensa, visitó la zona de Nuevo México el 25 de abril, y a propósito llevó a la prensa a examinar nuevos letreros en inglés y español que indican que varios terrenos en la mera línea fronteriza están ya, bajo la jurisdicción militar estadounidense.
Una cosa es ser detenido por la patrulla fronteriza, y otra muy distinta, créame usted, es ser detenido por los militares.
Además de la intimidación intrínseca de esta acción, el poner a los soldados en la frontera, en sitios estratégicos, obliga a los trabajadores indocumentados a atravesar caminando las tierras nativo americanas de la Nación Tohono O’odham.
La prensa en Arizona, que entiende muy bien lo que Trump está haciendo, criticó está acción porque obliga a los migrantes a cruzar las tierras que son en su mayoría un desierto remoto donde la muerte es segura causada por la exposición al calor extremo de día, el frío extremo de noche y la deshidratación.
En el estado de Texas hay otra área de Defensa Nacional en el oeste de la frontera, se trata de una parte de los terrenos ocupados por Fort Bliss que desde principios de mayo está siendo manejado por el Comando Norte de Defensa Nacional.
La mayor parte de la zona fronteriza del oeste de Texas es propiedad privada y no federal. Establecer una zona de contención le da permiso tácito a Trump para utilizar a las tropas y arrestar a los migrantes sin verse obligado a invocar la Ley de Insurrección de 1807, que faculta a un presidente para desplegar al ejército estadounidense pero, solo en casos de represión de enfrentamientos armados de defensa del territorio estadounidense, o de “disturbios civiles extremos”.
Hoy en la frontera hay 10 mil 281 soldados en servicio activo y 2 mil 500 miembros de la Guardia Nacional de Texas.
Trump vs. nacionalidad estadounidense por nacimiento de indocumentados
Mientras, Trump quiere que a los hijos de los indocumentados se les quite la nacionalidad estadounidense.
Esta semana que empieza el 12 de mayo, será crucial para que la Corte Suprema de Estados Unidos decida si los alegatos del presidente Donald Trump en cuanto a que los hijos de inmigrantes indocumentados no tienen derecho a la nacionalidad estadounidense al nacer en territorio estadounidense.
Trump pretende cambiar radicalmente la interpretación convencional de que todos los nacidos en territorio de Estados Unidos, automáticamente por ese simple hecho, adquieren la ciudadanía de este país.
El presidente dice estar convencido, de que esté tipo de posturas son las que lo llevaron por segunda vez a la presidencia. Pero, este es un tema tan controvertido que los 9 magistrados no se lanzarán al agua en medio de un huracán sin un salvavidas que les garantice que saldrán bien librados del debate.
Trump alteró las cosas drásticamente desde el primer día en su segunda presidencia, emitiendo una orden ejecutiva que bloquea la adquisición automática de la ciudadanía para los hijos de quienes viven en Estados Unidos sin visas ni calidad migratoria legal.
Esta orden reinterpreta la Cláusula de Ciudadanía de la Decimocuarta Enmienda, afirmando que la ciudadanía por nacimiento, no debería extenderse automáticamente a los niños nacidos en Estados Unidos si ninguno de los padres es ciudadano estadounidense o residente permanente legal.
La orden describió específicamente las categorías de personas nacidas en EE. UU. que no serían reconocidas como ciudadanas, incluyendo:
- Niños nacidos de una madre que se encuentra ilegalmente en EE. UU. y cuyo padre no es ciudadano estadounidense ni residente permanente legal;
- Niños nacidos de una madre cuya presencia en Estados Unidos es “legal pero temporal”. Incluidas las mujeres con visas de estudiante, trabajo específico pero temporal y/ o turistas);
- Niños nacidos cuyos padres no son ciudadanos estadounidenses, ni residentes legales permanentes.
Principio legal o capricho político
Como todo lo que Donald Trump ha hecho como presidente durante su segundo mandato, estas órdenes ejecutivas más que en la legalidad, parecen estar basadas en sus propias ideas, y en sus propios caprichos. El presidente estadounidense lleva todo a las últimas consecuencias, apostando a que la suerte y la confusión popular lo harán prevalecer.
Los 9 magistrados, 6 conservadores que continuamente emiten fallos favorables al pensamiento conservador, tendrán que abordar la constitucionalidad de la orden de Trump.
Los tres jueces impuestos por Trump en su primera presidencia
Tres de los nueve magistrados que conforman el máximo tribunal del país en Washington DC, fueron nominados por Trump durante su primera presidencia. Audazmente, el presidente entonces buscó a jóvenes conservadores que representarán al pensamiento conservador en temas como el aborto, la inmigración, el derecho a tener y portar armas de fuego, la pena de muerte y otros.
Trump peleó por cada nominación en el senado, y al final, terminó con tres magistrados incondicionales a los que frecuentemente les cobra el favor de haberlos nominado al cargo y por eso, frecuentemente, pone a estos tres jueces en el predicamento de tener que fallar a su favor.
Esta es la razón para que en cada tropiezo Trump demande la intervención de los 9 magistrados de la Corte Suprema. Según él, los tres magistrados más jóvenes, se la deben.
La orden ejecutiva de Trump ha sido impugnada ya en 10 demandas federales
Eso es lo que obligó a la Corte Suprema a aceptar el caso. El expediente de emergencia de la Corte se llenó de, precisamente, apelaciones de emergencia.
“Ojo”, los jueces ahora tendrán primero que emitir un fallo acerca de si los tribunales inferiores pueden detener la activación de las órdenes ejecutivas de Trump. (Super importante)
La ciudadanía estadounidense será negada también a los turistas
El 20 de enero del 2025, el Departamento de Estado les ordenó a los funcionarios consulares del mundo entero negar visas a visitante con visa temporal (tipo-B- turista) a personas que, según su criterio, viajen a EE. UU. principalmente para dar a luz, con el único propósito de que sus hijos adquieran la ciudadanía estadounidense.
Desde enero, las solicitantes sospechosas de “turismo de parto” para adquirir una visa de turismo, deben demostrar que existen otras razones médicas legítimas, y que no solo están viajando a EEUU para dar a luz y obtener por ese medio la ciudadanía para su hijo/o hija.
Esta orden ejecutiva ya enfrentó importantes desafíos legales inmediatos, y dos jueces federales bloquearon su implementación, calificándola de una extralimitación de la autoridad ejecutiva y probablemente inconstitucional.
Otra vez, la frontera y la inmigración irregular son los pretextos que Trump usa para ponerse por delante de la ley.