Médicos, como cada domingo, el doctor Arturo Cháirez recorre 350 kilómetros desde su hogar, en el municipio de Apodaca, hasta la Sierra de Aramberri, en Nuevo León, para atender la consulta en rancherías y diversos puntos, como la Casa Médica Nueva Vida.
En su auto, viaja desde el área metropolitana de Monterrey hasta su base en la comunidad de La Ascensión, “La Chona”, en Aramberri, uno de los municipios con más pobreza.
El recorrido dura cerca de cuatro horas, y parte del camino es intransitable.
En la comunidad de “La Chona”, sólo pisa base para organizarse, ya que al mes debe visitar 15 ejidos, dos veces cada uno.
Y ahí comienza otra odisea: la de ir, ahora en una camioneta oficial deteriorada, a esas comunidades, donde en total tiene 875 pacientes, más lo que se acumulen.
Luego, desde “La Chona” hay que recorrer 11 kilómetros para llegar a la comunidad de las ánimas.
En el deteriorado camino se topa a lugareños a caballo, a familias en motos rudimentarias, y a quienes usan carritos hechizos.
Por fin, llega a la comunidad de “Las Ánimas”, que está en medio de la nada.
Hay fila para la consulta médica. En 1999, recién graduado, la Secretaría de Salud contrató al doctor Cháirez y lo envió a la zona serrana.
Iba sólo por 6 meses. Que ya se convirtieron en 23 años.
El relevo nunca llegó porque ninguno de sus colegas quiere dejar la urbe para ir a los ejidos, con pacientes sin derechohabiencia.
Él aceptó quedarse, por amor a su profesión.
“Hasta la fecha seguimos por estos rumbos; esto me ha traído como consecuencia sacrificar a mi familia,” -Dr. Arturo Cháirez Cabrera que recorre 350 kilómetros desde su hogar hasta la consulta rural.
Pero después de esos 350 kilómetros que lo separan de su hogar y de los 11 kilómetros para ir de “La Chona” a “Las Ánimas”, el sacrificio de éste médico sigue porque para llegar a otras comunidades debe recorrer otros 45 kilómetros, igualmente en mal estado.
“Es ajetreo, saltar, ir y venir; en la tarde llega uno con la espalda bien molida,” continuó explicando el Dr. Arturo Cháirez Cabrera.
En la sierra, las enfermedades más comunes son las gastrointestinales y respiratorias, diabetes e hipertensión.
En el consultorio, él estabiliza a los pacientes, y si requieren mayor atención, los canaliza.
Su instrumental es modesto, y entrega medicamentos a los pacientes que le agradecen.
Ellos prefieren que el doctor siga llegando para que cuide a todos, porque los trata bien, aunque llegue cada 15 días.
Una satisfacción para él es el comentario que le hizo una mujer que vio morir a su hijo.
“Y me dijo: si usted hubiera estado, mi hijo no hubiera muerto,” nos relata en forma de anécdota el Dr. Arturo Cháirez Cabrera.
Tras 23 años de haber llegado a sur de Nuevo León, el doctor ya está muy familiarizado con la comunidad serrana.
“El carro se sabe el camino, me puedo quedar dormido y el carro me trae,” continuó narrando el Dr. Arturo Cháirez.
Y aquí permanecerá.
“Ahí estamos y lo hacemos con gusto; en la medida en que se sigan dando las cosas, lo seguiremos haciendo, a pesar de los pesares, estamos cumpliendo, y sigue uno con el compromiso con la sociedad,” finalizó el Dr. Arturo Cháirez.
Sin duda, el Doctor Arturo Cháirez hace un sacrificio por la salud de los demás.
