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La portación de armas no es la solución a la inseguridad

La posesión de armas en nuestro país está limitada a su posesión en nuestro hogar, aun así, abundan en las calles y no parece haber una regulación eficiente para protegernos.

Portación de armas: ¿Es la solución a la inseguridad?
Portación de armas: ¿Es la solución a la inseguridad?|FIA.
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La Segunda Enmienda de los Estados Unidos defiende la posesión y portación de armas entre los ciudadanos. Su origen se remonta a las Trece Colonias y evitar así la centralización del poder, amenazando con un levantamiento civil.

Actualmente, hay 120 armas por cada 100 habitantes en Estados Unidos. Sí, hay más armas en manos de civiles que personas respirando. Es el doble que en las islas Falkland del Reino Unido en Sudamérica, donde históricamente los isleños han estado a cargo de la defensa del territorio. Pero los países que más se le acercan son Yemen, Serbia, Montenegro y Canadá. En México hay (según el registro oficial) trece armas por cada cien habitantes. En nuestra constitución se menciona el derecho a la posesión de armas, siempre y cuando sea en nuestro domicilio, y la ley dictaminará las condiciones en que puedan ser utilizadas. Si deseamos portarlas fuera del hogar, es necesario un (muy complicado de obtener) permiso.

El activista conservador Charlie Kirk, asesinado el mes pasado durante una gira donde invitaba a universitarios a dialogar, defendía fervientemente la posesión de armas entre la población civil, y calificó como digno el sacrificio de tener algunas muertes anualmente a cambio de conservar el derecho de poseerlas. Su muerte causó una indignación que terminó en un homenaje completamente politizado, que parecía más un rally de campaña de Trump. Tres semanas después, un nuevo tiroteo en una iglesia en Michigan, que dejó cuatro muertos en el lugar, tuvo un ínfimo eco a comparación del asesinato de Kirk, especialmente en el discurso del presidente. Kirk llamaba la Segunda Enmienda, un derecho otorgado por Dios, ajá, el de portar armas.

Tasa de criminalidad Japón vs México

Japón, Emiratos Árabes y Qatar, tienen estrictas leyes que prohíben la posesión de armas de su población civil, y las consecuencias para quien las tenga de contrabando son muy severas. Si bien no es equiparable la población de 10 millones y 2 millones de los Emiratos y Qatar, respectivamente, con la de México, Japón se acerca mucho al número de habitantes de México; sin embargo, su tasa de criminalidad es ínfima a comparación de la nuestra. En Japón hay 0.229 homicidios por cada cien mil habitantes, y en México hay 25.5, cien veces esa cifra. Claro, los homicidios con armas de fuego no son en su mayoría cometidos por personas con licencia de portación. Armas estadounidenses que llegan al crimen organizado, armas fantasma y muchas de contrabando son las que predominan en las calles. Al año ingresan cientos de miles de armas por la frontera norte, y otras le son robadas a militares o policías.

Pero Venezuela es un caso particular, siendo el país con la tasa de criminalidad más alta a nivel mundial, superando incluso países en guerra como Sudán, tiene leyes que prohíben que cualquier civil esté armado. Canadá tiene 1.94 homicidios por cien mil habitantes, y Estados Unidos 6.8, lo cual parece no ser mucho, pero es porque la población estadounidense es ocho veces la de Canadá. Proporcionalmente, tienen que morir asesinados una octava parte de canadienses para tener los mismos números que sus vecinos del sur. Pero Canadá no le da licencia para poseer armas a personas con historial psiquiátrico, y tiene clasificaciones para restringir las armas dependiendo de su letalidad y accesibilidad.

Esto deja claro que ni el número de habitantes, ni las leyes determinan si se controla el crimen cometido por armas de fuego. Son la cultura, las condiciones de vida de la población y un equilibrio de factores al momento de dictaminar quién puede acceder a ese privilegio.