Cerca de 800 migrantes procedentes de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua que llegaron a la ciudad de México como integrantes de la Caravana del Via Crucis Migrante dormirán esta noche en la Casa del Peregrino, a unos metros de la Basílica de Guadalupe. La Caravana comenzó el 25 de marzo en Chiapas y culminará este miércoles, luego de que se reúnan con autoridades y legisladores.
Algunos tratarán de continuar hacia Estados Unidos, otros planean volver a sus países ante el anuncio de que la seguridad en la frontera se reforzará, unos más solicitarán asilo en México para concretar su sueño de lograr un futuro mejor para ellos y sus familias.
“Primeramente que nada, conseguir un trabajo aquí a México, a ver si nos dan un permiso trabajar aquí y sacar adelante a nuestras familias”, dijo Andrés Antonio Ramírez, inmigrante hondureño.
Varios cientos integran la caravana que partió de Puebla la mañana de este lunes, sin embargo, las historias son similares. Todos abandonaron su casa, su sitio de nacimiento, en busca de una oportunidad de mejoría económica.
“Dejamos todo atrás por la misma necesidad que tenemos en nuestro país, que es la falta de trabajo falta de oportunidad hacia la gente pobre”, cuenta Miguel Ángel Martínez, de Guatemala.
El grupo que provocó la ira del presidente de Estados Unidos ya no llegará en convoy a la frontera norte. En lo que deciden sus próximos pasos, en la Casa del Peregrino recibirán comida, contarán con un techo y asistencia médica. Aunque tendrán que dormir en el suelo, aquí podrán seguir soñando con un futuro mejor.