De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, la violencia es el “uso intencional de la fuerza física, el poder real, amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad. Tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo”.
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La violencia contra la mujer, particularmente originada por su pareja, acompañada de la violencia económica y/o patrimonial, es un grave problema de desigualdad en cuanto a las oportunidades que existen en México y una violación a los derechos humanos de la mujer y quienes componen una familia.
Se puede manifestar en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes, valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades, abarcando los daños a los bienes comunes o propios de la víctima.
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La violencia es un problema social, manifestado a lo largo de la historia de la humanidad, de una forma tan frecuente, que se ha arraigado a tal que se ve como algo “natural”. No obstante la normalización de la violencia en sus diversas formas, afecta de forma física, emocional, social y económicamente Impactando a quienes forman parte de una sociedad, convirtiéndose en un grave problema de salud pública que requiere de atención y medidas de prevención.
La violencia, siempre se distingue por el abuso del poder, aprovechando una estructura de desigualdad, como la conocida como patriarcal, es decir, aquella donde se ubica al hombre por encima de la mujer.
Ejemplos de cómo funciona la violencia económica y patrimonial:
Violencia económica
- Cuando alguien impide el crecimiento profesional o laboral de las mujeres, como forma de limitarle en sus ingresos económicos.
- Cuando se les paga menos que a un hombre por las mismas responsabilidades o actividades.
- En el matrimonio o convivencia familiar, cuando al tener una dependencia económica con su cónyuge o concubino, se le impide tomar decisiones sobre la economía del hogar.
- Cuando tienen que dar cuenta a su pareja acerca de todo lo que se gasta, aún cuando ganen sus propios recursos.
- Cuando se ven obligadas a asumir solas el cuidado y la manutención de la infancia.
Violencia patrimonial
- Cuando dañan los bienes o pertenencias de las mujeres, como ropa u objetos personales de valor, con el objetivo de humillarla o hacerla sentir mal.
- Cuando se les oculta documentos personales como actas de nacimiento, identificación oficial, etc., que son necesarios para realizar trámites de algún tipo.
- Cuando se les quita documentos que comprueban que son dueñas de alguna propiedad.
- Cuando su pareja o familiares disponen de sus bienes sin su consentimiento.
- Cuando se les obliga a escriturar o poner a nombre de otra persona, cosas o propiedades que compraron o heredaron.
- Cuando su pareja controla todos los gastos del hogar y se apropia de todo el patrimonio familiar.
A menudo, la violencia económica y patrimonial, al igual que sus efectos negativos en la mujer son tolerados y consentidos en aras del amor romántico, de ahí que la mujer llegue a consentir infinidad de abusos y control.
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¿Cómo prevenir la violencia económica y patrimonial?
Para prevenir la violencia económica y patrimonial en contra de las mujeres, es necesario que exista un empoderamiento o autonomía económica. Se entiende por empoderamiento económico de la mujer a la capacidad que tiene para generar ingresos o recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones que los hombres.
Además, el empoderamiento o autonomía económica de la mujer, se considera el tiempo y la contribución de las mujeres en la economía . Este elemento de apoyo es fundamental para disminuir y prevenir el riesgo de sufrir violencia económica y patrimonial. A medida en que la mujer logra generar su propio ingreso, existe la posibilidad de lograr autonomía de decisión sobre el cómo, cuándo, cuánto y en qué desea utilizar el ingreso.
El empoderamiento económico permite un nuevo aprendizaje sobre la relación del dinero y la capacidad de decisión de la mujer para hacer lo que ella desee con ese recurso. Se le brinda la oportunidad para romper con enseñanzas, costumbres, estereotipos y patrones que limitan su crecimiento, autoestima y oportunidades de libertad en diferentes ámbitos de la vida. Que una mujer emprenda un negocio o trabaje, acota el poder económico del hombre sobre ella, favoreciendo su autosuficiencia económica y una mejora de su autoestima, aunado a las condiciones emocionales.
