La decisión de una high school de Texas con respecto a retirar las entradas en los baños ha dejado a padres y estudiantes debatiendo intensamente. Lo que comenzó como una estrategia para abordar un comportamiento preocupante ahora plantea preguntas sobre los límites entre la disciplina y los derechos individuales.
En la Boerne-Samuel V. Champion High School, ubicada en el Texas Hill Country, el Distrito Escolar Independiente optó por desmontar los sectores sanitarios como respuesta al incremento alarmante del vapeo entre los alumnos. Este cambio drástico busca frenar una práctica nociva, pero su implementación ha causado desconcierto y críticas tanto dentro como fuera de la comunidad escolar.
La polémica no solo gira en torno a la efectividad de esta medida, sino también a las posibles repercusiones en la privacidad y el bienestar emocional de los jóvenes.
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¿Qué dijeron los padres de Texas sobre la polémica medida?
La eliminación de las puertas en los baños escolares generó fuertes críticas de las familias, quienes señalan graves consecuencias para los estudiantes, especialmente las niñas. Muchas alumnas mencionaron sentirse incómodas al usar el baño, ya que cualquier persona cerca puede escucharlas, lo que las lleva a evitarlo por completo.
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Además, cuestionan si quitarlas resuelve realmente el problema del vapeo. Argumentan que los adolescentes aún pueden ocultarse en los cubículos y que solo ataca lo superficial sin abordar las razones detrás de este comportamiento.
La falta de privacidad es vista como un retroceso, cuando se supone que los espacios deberían ser seguros para todos.
¿Cómo respondió el instituto de Texas ante las críticas?
El Distrito Escolar Independiente de Boerne señaló que el vapeo es ilegal para menores de 21 años y prometió aplicar las sanciones más severas permitidas por el Código de Conducta Estudiantil 2024-25. Según este reglamento, los alumnos sorprendidos usando o distribuyendo cigarrillos electrónicos enfrentarán una colocación obligatoria en una escuela alternativa.
Además de retirar las puertas de los baños, el distrito implementó otros protocolos para reforzar la vigilancia. La seguridad escolar monitorea los baños durante las clases, mientras que el personal patrulla los pasillos en horarios clave para evitar incidentes. También se fomenta que los estudiantes reporten cualquier actividad sospechosa con la política de “si ves algo, di algo”.
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Los funcionarios afirmaron que se trata de proteger a los jóvenes y garantizar un ambiente responsable en el campus: “Agradecemos el apoyo de los padres y la comunidad en este esfuerzo por mantener seguros a los estudiantes”, concluyeron.