Indudablemente vivimos una época sumamente consumista y las grandes marcas lo saben, por ello han creado estrategias para hacer sentir especiales y atractivos a sus consumidores, quienes caen rendidos ante la amplia gama de productos del mercado.
Si bien darse un gusto de vez en cuando no está mal, también es cierto que el hecho de gastar grandes cantidades de dinero con tal de estar “in” puede acarrear severos problemas económicos y de personalidad.
A este respecto, recientemente la académica Gabriela Orozco Calderón, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) describe que si después de comprar algún producto (innecesario muchas veces) sientes una gran satisfacción personal seguida de un “bajón” emocional como culpa y depresión, entonces es probable que seas un comprador compulsivo.
Este padecimiento es conocido como oniomanía y es uno de los más fuertes trastornos de nuestra sociedad, regida bajo fuertes estándares de consumo.
Si bien este padecimiento se relaciona más con el género femenino debido a un tema de estética y vanidad, los hombres también se ven inmersos en este problema con compras relacionadas a gadgets y aparatos electrónicos.
Orozco añadió que, si bien este tipo de comportamientos no están considerado por los manuales psiquiátricos, a nivel neurobiológico si opera de manera similar a la ludopatía (adicción a los juegos), misma que si está considerada como un trastorno psicológico.
Es ante este panorama que la académica cataloga las compras compulsivas como una adicción, ya que esta genera en los individuos deseo e impulsividad por adquirir algo, satisfacción al haberlo obtenido y finalmente una decaída emocional que deriva en depresión y angustia.
Las personas que padecen problema necesitan de diversas terapias para poder regular sus emociones y comportamientos. Si tienes problemas de adicción puedes comunicarte al 01-800-911-2000 en el que especialistas te brindarán el apoyo necesario.
