Con el avance de la tecnología, la sociedad ha cambiado los hábitos y costumbres que realiza diariamente, por lo que ahora es más común conocer a niñas, niños y adolescentes que poseen dispositivos móviles y sean ellos quienes enseñen su utilización a sus familiares adultos, especialmente a los de la tercera edad. No obstante, en diferentes ocasiones, las personas han catalogado a dichas tecnologías como algo que debilita la agilidad mental de los pequeños o, incluso, como una adicción.
Esta última idea deviene de estudios realizados en los años 90’s, en donde los juegos de video fueron señalados como adicciones tecnológicas a causa de las experiencias que ofrece, así como las recompensas sociales. Sin embargo, aunque el estudio no obtuvo resultados científicos que constataran una adicción, la idea se mantiene presente.
Otra investigación realizada en 2010, propone una distinción entre el juego patológico y adicción a videojuegos, ya que a diferencia de los juegos de azar, las consolas se encuentran a la completa disposición de los infantes. Por esta cercanía con el ambiente digital, el estudio señala que los menores presentan actitudes que refieren a una adicción conductuales, no sólo a los juegos de video, sino al internet y cualquier aparato móvil.
Aunque cada vez esta situación se encuentra más vigente, lo cierto es que un artículo de la Revista digital de prevención llamado Nuevas tecnologías y nuevos riesgos psicosociales en el trabajo, puntualiza que la tecnología es neutra y en sí misma no provoca efectos positivos ni negativos, pues las adicciones dependen de diferentes variables como la facilidad de las personas por crear hábitos de conducta.
Entonces ¿Los videojuegos son malos?
En realidad, los juegos de video se conforman del ambiente digital pero poseen fines básicos como enseñar, establecer un rol, sentido de pertenencia, desarrollo psicomotriz, entre otros. De este modo que la tecnología cuenta con los requerimientos para el proceso de enseñanza-aprendizaje y el juego no pierde su valor, sólo se adapta al nuevo contexto social.
Es así que los videojuegos proporcionan beneficios pedagógicos como aprender, memorizar, colaborar, mejorar habilidades en las TIC’s, enseñan hechos (dependiendo de la temática del videojuego), fortalece la habilidad de solucionar problemas bajo presión y aumenta la creatividad de los menores. Por esta razón, es necesario adaptarnos al entorno digital que nos rodea, pues los videojuegos son la punta del iceberg del futuro del juego.
REFERENCIAS:
- Pineda, C. (2013) Los videojuegos como estrategia de apoyo para enriquecer el proceso didáctico en la educación [Tesis de licenciatura]. FFyL, UNAM.
- Pino, I. (2012). Factores de riesgo y consecuencias de una posible adicción alos videojuegos: una alternativa de prevención [Tesis de licenciatura]. FES Iztacala, UNAM.
