La cifra de 10.000 pasos diarios no representa un estándar universal ni responde a una recomendación médica oficial. Su origen se remonta a una campaña publicitaria en Japón en la década de los sesenta. Sin embargo, caminar frecuentemente, incluso sin alcanzar esa cantidad, puede impactar positivamente en distintos sistemas del cuerpo, como subir cerros a las 5 de la mañana , según diversos estudios recientes.
¿Cuáles son los efectos de caminar 10.000 pasos diarios en el cuerpo?
En palabras de Very Well Health , caminar esa distancia equivale aproximadamente a recorrer entre 6 y 8 kilómetros. Caminar 10.000 pasos diarios favorece la quema de calorías, estimula la circulación sanguínea, mejora la resistencia física y refuerza la estructura ósea y muscular. Según datos recopilados por especialistas en fisioterapia, la caminata durante 30 minutos a ritmo moderado se pueden eliminar entre 100 y 160 calorías, dependiendo del peso corporal de la persona.
La práctica constante de esta caminata diaria también ha sido relacionada con una mayor estabilidad en los niveles de glucosa, mejor función pulmonar y una reducción significativa en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, el sistema inmunológico podría verse fortalecido, así como la salud neurológica en personas mayores.
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La salud mental también puede beneficiarse. Caminar, al ser una actividad aeróbica, estimula la liberación de ciertas sustancias químicas cerebrales que inciden en el estado de ánimo. Algunas investigaciones han asociado esta práctica con una disminución de síntomas relacionados con trastornos como la depresión leve.
¿Caminar menos de 10.000 pasos también mejora la salud?
Estudios recientes han demostrado que no es indispensable llegar a la cifra de 10.000 pasos diarios para obtener beneficios. Caminar entre 6.000 y 8.000 pasos diarios ya ofrece impactos positivos en la prevención de enfermedades crónicas y en el aumento de la longevidad. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos recomienda acumular entre 150 y 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada. Caminar, especialmente a ritmo constante, cumple con esta directriz.
Quienes tienen limitaciones físicas también pueden encontrar alternativas equivalentes como la natación, ciclismo o ejercicios en el agua. Estas actividades permiten mantener una rutina saludable sin depender exclusivamente de los pasos diarios. Aumentar el número de pasos de forma gradual, ya sea a través de pequeños cambios en la rutina diaria como evitar el ascensor o caminar mientras se habla por teléfono, puede tener un impacto directo en la calidad de vida, sin necesidad de alcanzar cifras exactas.
