Londres, Inglaterra. En un final de alarido Liverpool se lleva la semifinal de la FA Cup al derrotar 3-2 a un Manchester City que resintió la eliminatoria contra el Atlético de Madrid para seguir soñando de lograr un póker histórico de títulos.
Liverpool da un baile en el primer tiempo
La primera parte fue el mayor baño que ha recibido el Manchester City esta temporada. Y en mucho tiempo.
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Antes del minuto diez Konaté dejó en evidencia a la defensa del Manchester City rematando por encima de Nathan Aké un córner de Robertson para el 1-0. El guardameta estadounidense Zack Steffen fue culpable para el segundo tanto luego de dormirse en su salida donde Sadio Mané presionó para ganar el balón y realizar el 2-0.
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Un error ya mortal para un Manchester City desmoralizado, que tuvo que vivir entre los lujos de Luis Díaz, los taconazos y la supremacía del Liverpool. El 3-0 fue resultado a todo ello. Thiago lanzó una pared con Alexander-Arnold en la frontal del área. Se inventó un pase picado para Mané, que empalmó la pelota al primer palo. Steffen pudo hacer más, pero el cuero terminó en la red.
Manchester City reacciona, pero no alcanzó
El brasileño Gabriel Jesús se inventó una jugada por la banda que definió con un exquisito recorte antes de entregarle el 1-3 a Jack Grealish, ya en la segunda mitad.
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Un gol que pudo cambiar el rumbo del encuentro si no fuera porque el arquero Alisson sostuvo al Liverpool con dos paradas en sendos manos a mano con Gabriel Jesús.
Ya en el descuento Bernardo Silva marcó el 2-3 y Fernandinho tuvo una volea en el área para el 3-3. Se salvaron los ‘Reds’. El Liverpool jugará la final de la FA Cup contra Crystal Palace o Chelsea. El sueño del póker sigue vivo. De momento son campeones de la Copa de la Liga, semifinalistas de la Champions, finalistas de la FA Cup y segundos en la Premier League a un punto del líder.
Momentos difíciles se vivieron en la tribunas del estadio
Es complicado recordar a un Manchester City tan desdibujado como el que el Liverpool se encontró en un Wembley con muchos espacios en la grada celeste, fruto de las obras en la línea de trenes que conecta el norte de Inglaterra y Londres.
Pero entre los que sí vinieron a la capital destacó un grupo de aficionados que decidió pitar el minuto de silencia en memoria a las víctimas de Hillsborough, cumpliéndose esta semana 33 años de la catástrofe. Esto enojó a la afición del Liverpool, que, como es lógico, no se toma nada bien una ofensa al desastre que ocasionó la pérdida de 97 vidas en 1989. El karma se lo hizo pagar en el desarrollo del encuentro.
