“¡Ya se la saben!”: la pesadilla que viven pasajeros víctimas de asaltos en el Valle de México

Los asaltos parecen ser una constante en el transporte público y ante ello, las víctimas han tenido que tomar algunas medidas cuando los delincuentes abordan las unidades.

Por: Diego Borbolla

El pesero, la combi, la ruta, el colectivo, cambian de nombre en todo el país, pero la historia se llama igual: "¡ya se la saben!”, frase con la que los asaltantes comienzan el robo de pasajeros del transporte público en varias partes del país, como en el Valle de México.

En la combi va alguien que nos representa a usted, a mí, a su hija o hijo, a papá, a mamá, a la hermana, al hermano; todos están expuestos.

Víctimas comparten sus testimonios tras ser asaltados

La experiencia de las víctimas habla. Entre las precauciones que toman al viajar en transporte público con sus pertenencias es guardarlas y no tenerlas a la vista.

¿Aquí es un riesgo viajar ya?

“Sí eso de que hay que esconder las cosas pues ya se suben y saben y ya hasta donde uno las esconde y si no se las da, pues va el golpe (…) me tocó con mi hijo con arma blanca y un cuchillo de este tamaño y mi hijo traía una pulserita donde supuestamente uno guardaba el dinero y se la quitaron”, relata una madre de familia que ha sido asaltada en el transporte público.

Una estudiante relató que en ocasiones es necesario sacar el celular para comunicarse con sus papás ya que, dijo, vive lejos.

—¿Se guarda el dinero?

“No pues lo guardo así como en cajitas de medicamento; (el celular) no llevarlo así que llame la atención también”, responde una adulta mayor.

Algunos han optado por cargar llaveros de defensa personal, “por si se llegan a subir pues ahora sí que te los revientas (a los ladrones)".

“Es un bóxer, o sea prácticamente te lo pones en la mano y pues le golpe que pues el golpe que sientes es aturdidor, ya alguna vez lo probé y bastante eficiente”, explica un empleado.

Ante el escenario que viven los pasajeros, tienen que viajar con sus pertenencias ocultas y con miedo. “Sí, pues ahora sí que hay que estar esperanzado en Dios que no haya asaltos…ya no tenemos la condición de ponernos al tú por tú con el ratero, ¿no?, y más si viene armado”, expresa un padre de familia.

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