En Venezuela, uno de cada tres asesinatos es cometido por militares o policías, según un informe del Monitor de Fuerza Letal, conformado por cuatro centros de investigación de Latinoamérica. La mayoría de estas muertes quedan impunes, a pesar de la lucha que emprenden sus familiares para encontrar justicia.
Dilcia Holanda Mendoza es madre de uno de los asesinado por policías. Ella recuerda el día que mataron a su hijo Carlos Alberto en medio de un operativo policial. Tenía 19 años.
“Eran ráfagas y ráfagas que disparaban y en eso escucho una señora que dice: ¡nooo, no los maten. En lo que suena ese disparo, yo escucho el grito de mi hijo que dice: ¡Nooo! Y yo digo: ¡Dios mío, es Carlitos! Y empiezo a pegar gritos: No me maten a mi hijo. Ese es mi hijo, no lo maten”.
Desde ese momento, ocurrido hace 16 años y hasta hoy, Dilcia ha perdido la cuenta de cuántas veces ha visitado los órganos de justicia de Venezuela para exigir una investigación.
“Yo dejé el cadáver de mi hijo aún tibio y me dirigí a hacer las respectivas denuncias, dice Dilcia.
Según las autoridades de Venezuela, su hijo murió en un enfrentamiento con las autoridades. Sin embargo, Holanda Mendoza tiene en su poder los informes forenses que le hacen dudar de esa versión.
“Mi hijo tenía 9 agujeros en su cuerpo”.
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— La Silla Rota (@lasillarota) January 28, 2022
Jóvenes con historiales delictivos son el blanco
La cruzada de Ernesto Mijares para encontrar justicia por el asesinato de su hijo comenzó en noviembre de 2018, después de que una comisión de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) entró al edificio donde vivía, buscando a jóvenes con antecedentes penales. Su hijo había sido procesado años atrás por robar en un restaurante.
“Lo último que yo pensaba es que mi hijo estuviera muerto”, dice Ernesto.
Diez horas después del operativo, encontró el cadáver de su hijo en la morgue de un hospital. Ese mismo día otros 6 hombres fueron abatidos, todos señalados de haberse resistido a las autoridades.
“Yo tengo los certificados de defunción de todos los difuntos. Cada difunto tiene un disparo único en el tórax, yo digo: ¿Qué policías son esos que, en un enfrentamiento, todos los que se enfrentaron a ellos tienen un disparo en el pecho? Porque se supone que si se están enfrentando policías y malandros, el malandro no se va a parar en el medio para que le den un tiro. Esos fueron tiros de gracia”, asegura el padre de la víctima de ajusticiamiento policial.
De acuerdo con centro de investigación Monitor de Fuerza Letal, este tipo de procedimientos en los que los policías entran disparando a las barriadas en busca de presuntos delincuentes, no ha resuelto el problema de la criminalidad en Venezuela, pero sí ha dejado cifras preocupantes.
“Por cada agente público muerto, víctima de homicidio en un enfrentamiento, hay más de 30 a 40 civiles muertos. El límite aceptable son 10 a 1. Más de 10 a 1 se considera que hay un exceso de la fuerza letal”, dice Ignacio Cano, miembro Monitor de Fuerza Letal.
El Estado venezolano atribuye estas muertes a la acción de sus policías para combatir a las bandas armadas.
Sin embargo, el Fiscal General de Venezuela ha dicho en la televisión pública que está preocupado por la “presunta” participación de las FAES en una serie de delitos. “Vamos a ir con todo el peso de la ley, porque esto no puede ser”, afirmó el fiscal General de Venezuela, Tarek William Saab.
Pero, son tantas las denuncias contra la actuación de las FAES que, incluso, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, ha solicitado disolver este ente.
Es decir, uno de cada tres homicidios que ocurre en el país es consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad del Estado.
— Reacin Venezuela (@Reacin_Vzla) February 1, 2022
✅Descarga el informe de Venezuela de @monitor_FL, por nuestro investigador @Keymer_Avila en https://t.co/8pYeeeePyy pic.twitter.com/PYG5uZLfSL