La elección que dio origen a la actual Suprema Corte de Justicia no solo destacó por registrar un abstencionismo histórico cercano al 90%, sino porque se convirtió en uno de los procesos más cuestionados en décadas.

Dentro del Instituto Nacional Electoral (INE), algunos consejeros incluso plantearon la posibilidad de no validar la jornada, debido a las irregularidades detectadas en tiempo real.

El consejero Jaime Rivera lo describió como un déjà vu de los peores momentos electorales del país.

“Encontrar esas evidencias y huellas de fraude fue para mí como un viaje al pasado…”, señaló al revisarse las pruebas recopiladas.

Acordeones en 23 estados: una operación masiva y clandestina

El hallazgo central fue la distribución de miles de acordeones con nombres de nueve candidatos específicos a ministros, repartidos en al menos 23 estados del país. Para los consejeros del INE, no se trató de un acto aislado, sino de una estrategia ilícita destinada a influir en el voto ciudadano.

El consejero Arturo Castillo advirtió:

“Se trata de posible propaganda ilícita pagada con recursos prohibidos…”

Entre los nombres destacados en esos materiales figuraba Hugo Aguilar, quien posteriormente recibió su constancia de mayoría. Todos los candidatos señalados en los acordeones terminaron ganando.

La consejera Claudia Zavala fue contundente.

“Estas acciones rompieron con principios básicos de las elecciones… autenticidad, equidad, certeza.”

Intento de anulación en el Tribunal Electoral

Ante la magnitud del caso, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) hubo magistrados que intentaron anular la elección. Señalaron que grupos de poder, desde la clandestinidad, habrían impuesto a los nuevos ministros mediante una intervención ilegal.

El magistrado Reyes Rodríguez explicó:

“Existió una estrategia ilícita, coordinada, generalizada… y fue eficaz.”

La magistrada Mónica Soto mostró incluso los materiales:

“No podemos decir que no haya acordeones. Aquí está uno, aquí está otro…”

Una Corte validada, pero nacida bajo sospecha

Pese a las pruebas y a los votos de dos magistrados que buscaban anular la elección, la nueva Suprema Corte fue validada por mayoría de 3 a 2. Sin embargo, la advertencia de la magistrada Janine Otálora quedó registrada:

“La existencia de acordeones… no permite que la legitimidad buscada sea tal.”

En síntesis, México tiene hoy una Corte nacida entre acusaciones de fraude, ilegalidad y operación clandestina. Una Corte que carga, desde su origen, con una legitimidad fracturada.