Por años, medios, activistas y expertos hemos estado advirtiendo al pueblo de México de los peligros de estar gobernados por un régimen como el de Morena. Aun con pruebas fehacientes, datos del mismo gobierno, investigaciones documentadas, testimonios desgarradores, el vivo ejemplo de dictaduras como la de Venezuela o Nicaragua, y tropiezos descarados protagonizados por presidentes, senadores y otros políticos, la gente sigue sin creer en los alcances que la presidenta con A y
sus secuaces pueden llegar a tener.
En ocasiones, el pueblo bueno y sabio justifica el actuar del régimen, minimiza las atrocidades del oficialismo, y hasta se burla diciendo que ya pasaron casi siete años y ni de cerca estamos como en Venezuela.
Y claro, no estamos como en aquel país caribeño porque no es algo que suceda de la noche a la mañana, pero vamos en camino a ser una dictadura tercermundista. Las pruebas son claras: con la farsa judicial de inicios de mes, se terminó por consolidar la desaparición de los tres poderes, que bien que mal le daban sentido al nombre de República a México; pronto se cumplirán dos años de que se empezó el adoctrinamiento a los niños a través de los libros comunistas; y la Ley Censura, que
aunque sigue sin publicarse, tiene un retoño que ya es oficial.
Libertad de Expresión: ¿En qué artículos de la Constitución Mexicana se menciona este derecho?
Me refiero a la “Ley Censura” de Puebla, oficialmente conocida como Ley de Ciberseguridad, publicada apenas, como un presagio, el viernes 13 pasado en el periódico oficial poblano.
Con esta ley, ahora se puede tipificar y castigar el “ciberasedio”, que comete quien “a través de la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, redes sociales, correo electrónico o cualquier espacio digital insulte, injurie, ofenda, agravie o veje a otra persona, con la insistencia necesaria para causarle un daño o menoscabo en su integridad física o emocional”.
A simple vista, se podría decir que es una buena decisión porque con tanto bully detrás de un teclado, es necesario tomar cartas en el asunto, sin embargo, hay que mirar un poco más allá.
Para empezar, la “Ley Censura” de Puebla es muy ambigua, pues ¿estamos de acuerdo que lo que para unos pueda ser ofensa, para otros, simplemente es una crítica constructiva? Esta falta de especificidad provocará confusiones, y fomentará la censura y el miedo a ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión en el estado gobernado por Morena. ¿A poco esto no suena a dictadura?
Imagínate que quieras criticar el pésimo desempeño de tu alcalde o gobernador, pero que como se sintió ofendido, ahora pasarás entre 11 meses y tres años en la cárcel. ¿No es un abuso? Obviamente, esto da para que el régimen tome represalias
a diestra y siniestra contra quienes denuncian su ineptitud.
Reforma en Telecomunicaciones: 2013 vs. 2025. ¿Qué cambios propone el gobierno de Claudia Sheinbaum?
Esta decisión solo es un antecedente para que la reforma de Telecomunicaciones que ha propuesto Claudia Sheinbaum, ahora sí sea aceptada y se limite la libertad de expresión pero ahora en todo México, aunque cabe recalcar que ya se han visto al menos dos acciones relacionadas: la primera en Campeche, donde la gobernadora morenista, Layda Sansores, demandó a Jorge Luis González Valdez y a Isidro Yerbes, periodistas locales, por presuntos delitos de incitación al odio y a la violencia en su contra, lo que les valió una multa económica y la suspensión por dos años de sus actividades periodísticas, un hecho sin precedentes en aquel estado. Por otro lado, hace unas semanas, el abuso de poder de Gerardo Fernandez Noroña, al hacer que el abogado Carlos Velázquez presentara una disculpa pública tras haberlo confrontado en septiembre del 2024 en una sala del AICM.
Los actos de censura cada vez serán más comunes, la arbitrariedad del régimen será la medida en México ante las quejas. La situación que vemos en Puebla solo da pie a que la sociedad mexicana se calle, tenga prohibido expresar sus opiniones o alzar la voz ante las injusticias que pueda sufrir, sea por parte de otros civiles o de funcionarios.
Una vez más, ¿a poco esto no suena a dictadura?
