El éxodo de migrantes no da tregua y esta vez decenas de nicaragüenses permanecen en El Paso, Texas, en busca de una cita con el juez para definir su estancia legal en Estados Unidos.
En las calles de El Paso son visibles los migrantes y con cada uno de ellos una historia de vida. Es el caso de Ligia, una mujer de origen nicaragüense, quien junto a su familia cruzó por Guatemala para entrar a México.
“Llegamos a San Pedro (San Pedro Tapanatepec, Oaxaca), sacamos el permiso que se requiere pero después ese permiso ya no sirve; después de Oaxaca ya no sirve pero aún así nos venimos en el autobús"; dijo Ligia, la migrante centroamericana.
Según relata, la familia llegó hasta la frontera norte de México, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Fue ahí donde cruzaron de noche a través del Río Bravo para entregarse a la Patrulla Fronteriza de El Paso, Texas. Además, Ligia comenta que las autoridades migratorias los llevaron a un albergue.
Migrantes se entregan tras cruzar el Río Bravo en El Paso
Sin embargo, ahora esta familia nicaragüense está en las calles de esta ciudad fronteriza con un permiso que tiene una vigencia de dos meses, tiempo en el que van a esperar su cita ante un juez migratorio.
Otra de las historias que Fuerza Informativa Azteca pudo documentar es la de Iván, quien huyó de su natal Nicaragua para entregarse en Estados Unidos.
“No hay trabajo, es solo para la gente que está con el gobierno; entonces por eso salimos de ahí. ¿Qué vamos a hacer si no estás de acuerdo con la política del gobierno? Todo mundo sabe que mi país está mal"; agrega Iván.
De acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza, en tres días ha liberado a 500 migrantes en las calles de El Paso, Texas. Asimismo, informa que 2 mil 800 migrantes se entregan al día en el Río Bravo; la mayoría, de origen nicaragüense, ecuatoriano, colombiano y peruano. Hay que señalar que los migrantes venezolanos son expulsados por el Título 42 de salud.
Muchos de estos migrantes viven en las calles a la espera de que la gente los ayude con comida y dinero para trasladarse con sus familiares a otras ciudades. Mientras eso ocurre, permanecen con la incertidumbre para que un juez decida su futuro en Estados Unidos.
