Militares retirados y en el olvido: Un campo de batalla silencioso por la salud
Militares retirados, olvidados en su vejez, batallan por medicinas que el sistema les niega, a pesar de haber dado su vida por la nación. Un abandono que clama justicia.
Jorge, un teniente de transmisiones retirado del Ejército mexicano, dedicó su vida al servicio del país. Hoy, enfrenta una nueva batalla, no en el campo de combate, sino en la lucha por su propia salud, obstaculizada por la escasez de medicamentos e insumos en los hospitales del ejército y la Marina. Su caso no es aislado; refleja una problemática que afecta a miles de militares retirados y sus familias en todo México.
La falta de medicamentos, como el que se usa para la regeneración de cartílagos que Jorge necesita, es una constante. Los trámites burocráticos se suman a la angustia, con familiares teniendo que gestionar la misma receta hasta 34 veces para obtener un solo medicamento. La situación de las ambulancias también es crítica; incluso para servicios esenciales en ciudades como Toluca o la Ciudad de México, la disponibilidad es un desafío.
Un 20% de los militares retirados sufre por falta de medicamentos
De los 670,000 militares retirados en todo el país, el 20% sufre por la falta de medicamentos para enfermedades crónicas como tiroides, diabetes, cáncer y epilepsia. Esto significa que aproximadamente 34,000 militares se encuentran desprovistos de la atención médica esencial. En lugares como Puerto Progreso y Campeche, la situación es tan apremiante que un delegado, que necesita insulina, es solo un ejemplo más de la crisis.
El panorama para las especialidades médicas del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (ISSFAM) no es alentador. Para 2025, los hospitales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) enfrentarán un recorte presupuestario del 20% en comparación con 2024, mientras que los de la Marina verán una reducción del 7.7%. Esta disminución en la inversión en salud se suma a un historial de endeudamiento derivado del sexenio anterior, con el incremento del gasto en pensiones y diversas obras de infraestructura que generaron un alto costo financiero.
Este año, la aplicación de grandes recursos en seguridad ha dejado al sector salud como uno de los más perjudicados. De esta forma, militares en retiro y sus familias, quienes dedicaron su vida a proteger al país, hoy sufren el desabasto de medicinas y la precariedad de un sistema que, lamentablemente, parece haberlos olvidado.
