El papa Francisco apareció públicamente por primera vez en cinco semanas desde el Hospital Gemelli en Roma, donde fue ingresado el 14 de febrero con pronóstico reservado. A pesar de atravesar episodios críticos que pusieron en peligro su vida, su salud ha mejorado gradualmente gracias a tratamientos intensivos. Aunque aún débil, la neumonía bilateral que lo afectó está controlada. Los médicos decidieron darle de alta para que descanse en la casa de Santa Marta. Esta aparición trajo alivio y esperanza a millones de fieles católicos que habían estado preocupados por su salud.