La razón para no usar más los popotes está relacionada con las decenas de videos de tortugas a las que se les extraía una pajilla.
Los videos fueron el toque de alerta que hizo sonar el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Bali, Indonesia, un febrero de 2017, motivo por el que lanzarón la campaña #MaresLimpios.
Desde entonces, millones de personas han dejado de usar los popotes.
«Separa tu basura», «No uses popotes», «Transpórtate en bicicleta». En vez de que estos mensajes te generen un sentimiento de culpa, ponte manos a la obra en la medida de lo posible. #UNAMInternacional recuerda la urgencia de proteger el medioambiente 🌎 > https://t.co/rtpXwNMedE pic.twitter.com/SXIbTDfQ0Q
— UNAM (@UNAM_MX) January 16, 2023
¿Qué son los popotes o pajillas?
Los popotes son un utensilio que se usa para transferir un líquido de un lugar a otro y que regularmente se usa para beber. Las pajillas o popotes más primitivos las hicieron los sumerios de tallos de plantas o literalmente de paja para beber cerveza y filtrar el líquido de la cebada.

En diversas culturas se utilizaron cañas secas y huecas, para propósitos similares, siendo los tallos o pajas (de diversos grosores) de trigo, cebada o centeno entre otras, los más utilizados, y de ahí el nombre de pajillas para las delgadas).
Los popotes o pajillas se ofrecieron inicialmente en el mercado como una opción para reducir el riesgo de contraer una enfermedad desde recipientes inapropiadamente lavados, como botellas, vasos y tazas.

Sin embargo, tan extendido como inútil, el uso de los popotes se convirtió en una práctica trivial, por lo que nadie reparó en las repercusiones que se causaban a la fauna silvestre cuando las pajillas dejaron de ser de materias naturales y se empezaron a elaborar con plástico, pero su efímera vida terminaba en tiraderos a cielo abierto y en caminos, o en ríos, lagos, mares y océanos.
¿Cuándo es el Día Internacional sin Popote?
Actualmente, cada 3 de febrero se celebra el Día Internacional sin Popote con el propósito de tener presente el grave problema que los popotes de plástico representan para la vida marina y los ecosistemas costeros y marinos después de su fugaz uso, frente a los 100 años que tardan en degradarse.