Un diagnóstico impreciso y la falta de recursos sumaron a que el cáncer de doña Eulalia empeorara

Doña Eulalia, tras un diagnóstico erróneo, se enfrenta hacia la recuperación del cáncer. Abandonando su hogar, su familia lucha por los recursos necesarios.

Por: Lucero Rodríguez y Ollinka Méndez

La vida de doña Eulalia y su familia dio un vuelco inesperado y doloroso a raíz de un diagnóstico médico impreciso en su natal Tenango de Doria, Hidalgo. Lo que comenzó con una dificultad para caminar se convirtió en un verdadero calvario que la dejó postrada en cama por un cáncer.

En la búsqueda de una atención médica especializada, doña Eulalia y sus hijas tomaron la difícil decisión de abandonar su hogar y trasladarse a la CDMX, sin imaginar el enorme costo económico que implicaría la posibilidad de una mejor calidad de vida.

Doña Eulalia enfrentó un diagnóstico erróneo que complicó su lucha contra el cáncer en la CDMX

“Empezó de mis pies que ya no pude caminar...”, relata doña Eulalia, recordando los primeros síntomas de su enfermedad. En su pueblo, los diagnósticos iniciales no lograron identificar la verdadera causa de su malestar.

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Sus hijas recuerdan cómo en un pequeño centro de salud les informaron que se trataba de problemas en los tendones. Posteriormente, tras realizar estudios radiológicos, otro diagnóstico apuntó hacia una afección en el nervio ciático.

Falta de especialistas y recursos sumaron al camino devastador de doña Eulalia

La falta de especialistas y recursos médicos suficientes en su lugar de origen obligó a la familia a buscar ayuda en Pachuca, la capital del estado. Sin embargo, la incertidumbre sobre la disponibilidad de los recursos necesarios los llevó finalmente a la CDMX, donde se realizaron estudios más exhaustivos que revelaron la verdadera y devastadora enfermedad: mieloma múltiple, un tipo de cáncer en la sangre que afecta la médula ósea y que, en el caso de doña Eulalia, provocó una grave fractura de cadera.

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Con la claridad del diagnóstico, la familia lamenta el tiempo que consideran perdido en la búsqueda de una respuesta certera. Una de sus hijas reflexiona sobre cómo la enfermedad de su madre pudo haber avanzado debido a la demora en recibir la atención especializada adecuada.

Hijas de doña Eulalia renunciaron a su empleo

Actualmente, doña Eulalia recibe tratamiento en el Hospital de Especialidades de Ixtapaluca, donde se somete a sesiones de quimioterapia. Ante la imposibilidad de dejar sola a su madre, sus hijas tomaron la determinación de renunciar a sus empleos en Hidalgo y mudarse con ella a la Ciudad de México.

Esta decisión, aunque llena de amor y compromiso, ha generado una situación económica precaria, con gastos médicos y de manutención que a menudo superan sus posibilidades, llegando incluso a afectar su capacidad para cubrir necesidades básicas como la alimentación.

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La inmovilidad de doña Eulalia ha obligado a sus hijas a ingeniárselas para trasladarla a sus consultas médicas. Con tubos y cobijas, improvisaron una camilla para poder bajarla por las escaleras de su vivienda.

Para que doña Eulalia pueda recuperar la movilidad y tener una mejor calidad de vida, los médicos han indicado la necesidad de una prótesis tumoral no convencional de cadera derecha. Sin embargo, debido a limitaciones presupuestarias, este hospital no puede proporcionársela.

Familia recolecta fondos para una prótesis que permita a doña Eulalia recuperar su movilidad y vida

Ante esta situación, la familia de doña Eulalia ha recurrido a la solidaridad de la gente, saliendo a las calles a realizar boteos con la esperanza de recaudar los 200 mil pesos necesarios para adquirir la prótesis. A través de mensajes directos y redes sociales, sus hijas hacen un llamado a la generosidad de quienes puedan aportar un granito de arena para aliviar el sufrimiento de su madre.

Ayuda para Eulalia

Teléfono: 56 1461 9894

Cuenta: 4027660007741608

Banco Azteca

A nombre de Verónica Basilio Reyes

Doña Eulalia, a pesar de las dificultades y el largo camino recorrido, no pierde la esperanza de volver a caminar y recuperar la normalidad en su vida. Su anhelo más grande es regresar a su pueblo y a la vida que conocía. Con una admirable fortaleza, expresa su determinación de vencer el cáncer y luchar por su recuperación.

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