En la actualidad, las personas tienen muchas cosas a su alcance para poder hacer su vida mucho más sencilla, aunque no todos los materiales son tan buenos para el cuerpo humano, entre ellos el aluminio.
Dicho material, es un metal ligero y abundante que se encuentra en la corteza terrestre, en el agua y en los alimentos. Aunque es un elemento funcional para muchas cosas, en grandes cantidades puede ser tóxico.
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¿Qué pasa si comes aluminio por accidente?
En general, la ingesta accidental de pequeñas cantidades de aluminio, como las que pueden desprenderse de una lámina de papel que se utiliza para envolver alimentos, no suele causar problemas graves de salud. El cuerpo humano puede eliminarlo a través de la orina y las heces.
Sin embargo, la ingestión crónica o en grandes cantidades de aluminio puede tener efectos negativos en la salud. Entre los riesgos potenciales se encuentran:
- Trastornos gastrointestinales: La ingestión de grandes cantidades de aluminio puede causar náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.
- Problemas óseos: El aluminio puede interferir con la absorción de calcio y otros minerales esenciales para la salud ósea, lo que puede aumentar el riesgo de osteoporosis y fracturas.
- Daño al sistema nervioso: La acumulación de aluminio en el cerebro puede afectar las funciones neurológicas y provocar problemas de memoria, concentración y coordinación.
- Enfermedades neurodegenerativas: Algunos estudios han sugerido que la exposición al aluminio puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
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Si has ingerido accidentalmente una gran cantidad de aluminio, es importante que consultes a un médico de inmediato. En algunos casos, puede ser necesario realizar un lavado gástrico o administrar medicamentos para eliminar la sustancia del cuerpo.