Julio tiene un discusión con Junior, no quiere que termine siendo un mediocre y le pide que piense si el boxeo es lo que en realidad quiere, lo cuestiona al verlo beber pero Julio es quien menos puede decirle algo.
Cristobal baja de su nube a Julio, en la vida real todos son iguales, él no es el dueño del mundo ni el mundo gira alrededor de él. Lo único que sabe hacer últimamente es quejarse, ¿qué pasó con Amalia? ¿la trató como su esposa? o mejor dicho ¿cómo la madre de sus hijos? ¿y ahora que está haciendo con Miriam?

La Pecas despierta del coma, no volverá a subir al ring por mucho tiempo. No perdona que el Campeón haya tardado tanto en irla a visitar. Julio llama a Damaris para ver si el King sigue interesado en hacer negocios nuevamente, quiere regresar a la cima.
Julio está perdiendo la cabeza, Miriam le advierte que se irá si no cambia. Acompañado de Miriam y Maiko, Julio llega a una clínica en Guadalajara. Ya en la clínica, con síndrome de abstinencia y delirium tremens, Julio se encuentra a sí mismo durmiendo en un galerón con otros 50 hombres en su misma situación, el lugar está lleno de todos los fluidos humanos y la psicosis estalla a menudo, Julio se rompe la cara con todo mundo y no para de imprecar a Dios por el trato que recibe un Campeón del Mundo como él, quien tiene que limpiar escusados como los demás, bañar a los nuevos que se vomitan, cumplir los castigos escalonados y cada vez peores.

Julio empieza a fumar como mecanismo de defensa, porque el primer castigo de los que fuman es prescindir del tabaco, y eso lo aleja de los peores tormentos. La experiencia resulta un infierno.
Blanca comienza a buscar a Julio por todos lados pero no hay manera, Julio está internado en Guadalajara y por los rumores que escucha, la está pasando muy mal. Está ahí adentro, solo. Todos le dieron la espalda. Blanca se ve reflejada en él, son dos caras de la misma moneda, una en ascenso y la otra en caída libre, pero ambas con una característica en común: rodeados de gente, pero en la más profunda soledad
