En México no solo se habla español… se habla mexicano. Nuestro país tiene una riqueza lingüística que se refleja en sus palabras y expresiones cotidianas, y muchas de ellas simplemente no existen en otros países.
Algunas suenan curiosas, otras graciosas y varias pueden llegar a causar confusión entre hispanohablantes de otras regiones. Pero todas tienen algo en común: forman parte de la identidad cultural del país.
Decir “güey”, “chela” o “está perrón” puede sonar rarísimo fuera de México, pero para los mexicanos son frases completamente normales. Estas palabras tienen usos específicos y matices que no se traducen fácilmente, lo que las hace únicas en su tipo.
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¿Qué significan palabras como “chido”, “chingón” o “chafa”?
Muchas de estas expresiones nacieron en la calle, se volvieron populares y terminaron por integrarse al habla cotidiana. Aquí algunos ejemplos clave de acuerdo a información del portal Babbel:
- Güey: puede sonar despectivo, pero también es un apelativo amistoso.
- Órale: una de las más versátiles, puede significar “vamos”, “sorprendente” o “sí, va”.
- Chido: todo lo que esté bonito, bien hecho o se disfrute, está chido.
- Chingón: se refiere a alguien muy bueno en lo que hace, o a algo de calidad top.
- Chela: así se le dice en México a la cerveza, sin rodeos.
- Perrón: cuando algo está increíble o “muy chido”, se dice que está perrón.
- Leve: algo no muy grave, fácil o que no impresiona demasiado.
- Chafa: lo opuesto a chingón, algo de mala calidad o que decepciona.
¿Qué otras palabras cambian su significado fuera de México?
Además de estas expresiones 100 % mexicanas, hay muchas palabras que, aunque existen en otros países de habla hispana, aquí tienen un significado muy distinto. Por ejemplo:
- Popote (en otros países: pajilla, sorbete)
- Camión (para el transporte urbano; en otras regiones significa “vehículo de carga”)
- Alberca (lo que en otros lados es una piscina)
- Güero (para referirse a personas de piel clara o rubias)
- Fresa (persona de clase alta o con actitudes “refinadas”, algo así como pijo/a en España)
- Torta (en lugar de pastel, aquí es un emparedado)
- Playera (que en muchos países se conoce como camiseta o remera)
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Todas estas palabras forman parte del encanto lingüístico mexicano, y dominarlas —o al menos reconocerlas— es clave para no quedarse fuera de la conversación.