El lenguaje corporal de los seres humanos dice mucho más de lo que se cree, pues sin necesidad de usar palabras, es posible transmitir ciertos mensajes recurriendo únicamente a los gestos. Un rasgo que a menudo causa curiosidad, consiste en esquivarle la mirada a otra persona, movimiento que ha sido minuciosamente analizado por la psicología y descifró algunos de los motivos más comunes detrás de esta actitud.
3 razones por las que una persona le esquiva la mirada a otra, según la psicología
De acuerdo con el sitio especializado PsychMechanics, existen diversas razones por las que alguien evita a toda costa mirar a los ojos a otra persona. Estas van desde indicar que se trata de personalidades introvertidas, hasta manifestaciones de sentimientos de incomodidad. Estas serían las más comunes:
1. Por querer librarse de una conversación
Una investigación publicada en National Library of Medicine, sugiere que los conflictos o discusiones generan sentimientos de culpa y ansiedad en algunas personas. De modo que al llegar el momento de confrontarse o reencontrarse con el protagonista del altercado, prefieren esquivar la mirada para no dar apertura a que se discuta sobre el tema.

2. Porque no les agrada la otra persona
A veces, no es necesario darle tantas vueltas a los comportamientos de una persona, pues realmente estos gestos no significan nada más que rechazo. Cuando alguien voltea la mirada deliberadamente, podría significar que no tiene ningún deseo de platicar y prefiere ignorar a tener que atravesar por un momento incómodo.
3. Por timidez
En contraste, también hay gente a la que se le dificulta en demasía poder sostener pláticas con un tercero que no pertenece a su “círculo de confianza”, y le pasa sobre todo a los introvertidos. Según un artículo de SocialSelf, es por esto que al mirar hacia otro lado, encuentran cierto refugio a los sentimientos de presión que les traen este tipo de interacciones.

Ahora que conoces esta información, podrás indagar con mayor detenimiento cuáles podrían ser las razones por las que una persona te voltea la mirada con frecuencia, desde el punto de vista de la psicología.
Aun así, es importante tomar en cuenta que estos factores podrían fluctuar según el individuo y lo mejor es no forzar ningún encuentro o charla, para procurar que ninguno de los involucrados atraviese por un mal momento.