El papa dirigió un mensaje a los reos reunidos en el patio del Cereso donde expresó: “Queridos hermanos y hermanas no podía irme sin visitarlos, agradezco las palabras que me han manifestado, las que expresan deseos y esperanzas”.
“Hoy junto a ustedes y con ustedes quiero reafirmar una vez más la confianza a la que Jesús nos impulsa, la misericordia que nos abraza a todos en todos los puntos del mundo”.
“Celebrar el jubileo de la misericordia es recordar el camino urgente que debemos cortar para cortar los círculos de la violencia”, agregó el papa ente los reclusos.
“Nos hemos olvidado de concentrarnos en lo que debe ser importante en la vida de las personas, de aquellos que también han sufrido a causa de la violencia. Las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad, síntomas de silencio, síntomas de una cultura que ha dejado de apostar por la vida y una sociedad que ha ido abandonando a sus hijos”.
“La misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza en estas paredes; sino antes, afuera, en las calles de la ciudad”, agregó el papa.
Durante su mensaje, Francisco indicó que la reinserción o rehabilitación comienza creando un sistema que podría llamarlo de salud social, que busque prevenir aquellos caminos que terminan lastimando y deteriorando el tejido social.
“La reinserción social comienza insertando a todos nuestros hijos en las escuelas y a sus familias en trabajos dignos”, agregó el papa.
En su mensaje habló de generar espacios públicos de esparcimiento, habilitando instancias de participación ciudadana y tener acceso a los servicios básicos.
Exhorto a los internos orar unos minutos en silencio y de nueva cuenta pidió “No se olviden de rezar por mi”.
