Esta es la razón por la que el color morado representa al feminismo. Existen varias versiones. Entérate.

Hay varias versiones sobre los motivos por los que el color morado se adoptó para identificar al feminismo como movimiento social.

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Este domingo, miles de mujeres, 80 mil según la cifra oficial, marcharon con pañuelos, pancartas y camisetas color morado, el tono asociado a los reclamos feministas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y unirse en una sola voz con el fin de manifestarse en contra de los feminicidios, violaciones y acoso sexual.

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Existen varias versiones sobre los motivos por los cuales se adoptó al morado como el color para identificar a los movimientos feministas a nivel mundial.

Los primeros registros de 1908 de la Women’s Social and Political Union señalan que la lucha feminista adoptó tres colores: el morado, el blanco y el verde.

El violeta, el color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada sufragista, simboliza su conciencia de libertad y dignidad. El blanco simboliza la honradez en las vidas privada y política. Y el verde simboliza la esperanza por un nuevo comienzo


Según explicó Emmeline Pethick-Lawrence, una de las activistas por el feminismo más destacadas de la época y quien decidió el uso de esos tres colores.

Durante todo el siglo XX, las feministas más icónicas, como el caso de Aleksandra Kolontái, abandonaron el rojo que identificaba su ideología política para adoptar el violeta como símbolo de defensa de las mujeres.

Otra versión considera que el morado fue el color elegido para representar al feminismo pues es el resultado de mezclar el azul y el rosa, los tonos culturalmente identificados como masculino y femenino.

Pero la versión con la que más mujeres coinciden para asociar el violeta es el trágico incendio en Nueva York del 25 de marzo de 1911, que marcó el inicio de las primeras protestas feministas masivas.

Durante el fatal accidente en la fábrica textil Triangle Shirtwaist murieron 146 trabajadores, de las cuales 123 eran mujeres, en su mayoría inmigrantes y muy jóvenes, que no pudieron escapar del incendio, pues las puertas estaban cerradas para evitar que salieran durante su jornada laboral.

Según testigos, el humo que salía de la fábrica textil era de color violeta pues en ese momento se confeccionaban prendas con telas de ese tono. Ese hecho reveló las condiciones en las que trabajaban las mujeres: jornadas de más de 10 horas, seis días a la semana y con salarios muy bajos.

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