Querétaro está lleno de rincones gastronómicos que sorprenden, pero existe un pequeño pueblo que destaca por tener una de las mejores fonditas para disfrutar comida casera auténtica. Según una plataforma de inteligencia artificial (IA), este sitio combina tradición, sabor y un ambiente acogedor que pocos turistas han descubierto. Te contamos cuál es, qué lo hace especial y por qué se ha convertido en un tesoro culinario escondido.
De acuerdo a la herramienta digital ChatGPT, actualmente Amealco de Bonfil es el destino menos visitado comparado con otros pueblos queretanos, como Bernal o Tequisquiapan, y se destaca por su ambiente auténtico, tranquilo y todavía fuera del turismo masivo.
Los motivos por los que Amealco de Bonfil se posiciona en Querétaro
Desde el portal México Desconocido mencionaron que este pueblo suele destacarse por contar con “la mejor fondita” para comer en Querétaro, por una combinación de factores que lo hacen único dentro del estado. No es que exista un premio oficial, sino que su escena gastronómica tradicional es de las más auténticas y mejor valoradas.
A su vez, se distingue por:
- Cocina 100% tradicional otomí: es una de las zonas con mayor presencia de comunidades otomíes en Querétaro. Esto significa que muchas fonditas se preparan comida con recetas ancestrales; usan ingredientes locales y de milpa; cocinan en comal o leña y mantienen técnicas caseras que no han cambiado en generaciones Este tipo de cocina no se suele encontrar en los destinos turísticos más concurridos.
- Comida realmente casera, no turística: las fonditas no están pensadas para atraer extranjeros ni visitantes de paso. Se enfocan en alimentar a la comunidad local, por lo que los platillos son abundantes, y económicos.
¿Cuáles son los platos emblemáticos de Amealco?
- Barbacoa tradicional
- Quesadillas de masa azul
- Enchiladas queretanas
- Atoles espesos
- Corundas y tamales otomíes
- Mole casero
- Gorditas de maíz quebrado.
Asimismo, al no ser un Pueblo Mágico tan turístico, eso juega a su favor y no hay comida “para turistas”; los precios se mantienen locales; las fonditas no están saturadas y la calidad se cuida más que la cantidad.
