Hace años el mundo entero se despertó con una noticia tan sorprendente como aterradora, cientos de miles de panales fueron abandonados por sus habitantes, las abejas.
Después de casi 10 años de investigaciones los especialistas aseguran que este hecho no sólo puso en riesgo su existencia como especie, también coloca al resto de los animales y plantas en una situación tan alarmante como difícil de creer.
Las abejas son parte importante del ecosistema, ya que de ellas depende no sólo la producción de alimentos como polen, miel y sus derivados, también son las encargadas de llevar a cabo la llamada polinización, es decir, realizan el proceso de transferencia del polen, desde los estambres hasta el estigma, o parte receptiva de las flores.
En pocas palabras, ellas son las responsables de que la mayoría de las especies del mundo vegetal se reproduzca.
De acuerdo con los especialistas se piensa que existen dos culpables en el incremento de la mortandad de estos insectos, el primero, el uso de pesticidas conocidos como neonicotinoides, y en segundo, el aumento de la emisión de ondas electromagnéticas por parte de teléfonos y antenas móviles.
Los neonicotinoides comenzaron a utilizarse de forma masiva un poco antes de iniciarse el desorden del colapso de colmenas, varios países de la unión europea los han prohibido, in embargo Estados Unidos y algunos países en Asia y América continúan usándolos.
Las abejas tienen un papel muy importante en el equilibrio de nuestro medio ambiente, gracias a ellas se produce la fecundación de plantas y flores, que luego se transforman en la parte más importante de la dieta diaria de innumerables especies entre ellas la del hombre.
Especialistas de la Universidad de Sheffield y Sussex en el Reino Unido, están estudiando los sistemas sensoriales de las abejas, esto con la idea de crear modelos neurológicos que puedan ser incorporados a los robots que vuelan.
Dichos robots cuyo desarrollo está valuado en 1 millón y medio de dólares, podrían ayudar en misiones de rescate o bien trabajar en granjas, polinizando de forma mecánica los cultivos, en palabras del Dr. James Marshall de la Universidad de Sheffield “simular el cerebro de una abeja es uno de los desafíos más grandes en el área de inteligencia artificial.
El hombre ha utilizado la miel de las abejas para fabricar medicamentos, alimentos y productos vitamínicos, sus panales han inspirado a diseñadores, arquitectos e ingenieros para crear obras de arte, conjuntos habitacionales, y hasta edificios inteligentes, en el campo de la aeronáutica su anatomía y precisión al volar han servido como la base para la concepción y materialización de poderosas aeronaves, y para muestra aviones supersónicos difíciles de creer.
¡Difícil de creer!