Thalía volvió a cautivar con su regreso musical a México, la ex Timbiriche abarrotó el Auditorio Nacional por dos días consecutivos, con más de un sorpresa... Y si te lo perdiste, aquí te contaremos TODO.
El día lunes se disfrutó a una Thalía muy sexosa… Sííííííí, ¡sexososa al por mayor! Hizo gemir a todos los asistentes y ella gimió y gimió y volvió a gemir rematando con la canción ‘Más’, sin importar que en las primeras filas estuviera Ernestina Sodi (su hermana), la cual fue asediada, asqueada, y hartada por tanta foto que le pidieron los Thalifans.
Hablando de ellos, había fanáticos de Brasil, Argentina, Perú y Colombia, quienes en sus palabras decían que Thalía no baja más allá de México a dar conciertos y si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahoma.
El día martes se vivió un poco diferente por tres razones:
1. Sasha, Benny y Erick, 2. La Sonora Santanera y 3… el playback, en más o menos cinco canciones.
Además también nos deleitó con más canciones y vistió diferentes vestuarios, vestuarios que nos recordaron a la Thalía excéntrica y divertida, aunque sin dejar de lado a la señora de Manhattan que ahora representa.
En opinión de los asistentes, hubo muy poca producción, pero en mi muy personal opinión: ¡no lo necesitaba!
Thalía brincó, bailó, cantó, se burló de su apodo #LadyBájate, (dejo el video por aquí) gozó, recordó y nos hizo recordar a los presentes.
A… y me faltó… se enojó. Sí, se enojó bastante después de que los 10,000 asistes gritaran, ‘otra… otra’.
Resulta que Thalía salió vestida … digamos, informal divertida, con osos de peluche colgando, pero había un detalle: su micrófono de diadema, ¡no sonaba! Un personal del staff, intentó asistirla, pero ella no lo dejó. Después del primer coro la señora de Mottola seguía sin escucharse. Entró un bailarín a ‘prenderle el micro’ pero…
Thalía lo alejó enérgicamente, salió del escenario y regresó con un micrófono de mano, se arranco el micrófono de diadema y siguió en show como una grande, un poco descuadrada y desconcentrada pero eso si sonriendo a pesar de lo sucedido y de que los pantalones de le estuvieran cayendo, un final bastante particular.