Anorexia y bulimia: ¿Qué son y cuáles son las señales de alerta?

Los estereotipos, cánones de belleza irreales, una mala salud mental y hasta la genética, son algunos de los factores determinantes para que una persona pueda desarrollar enfermedades mentales como depresión, ansiedad, o incluso, algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia y la bulimia.

Las enfermedades mentales suelen desarrollarse con más frecuencia en los adolescentes. Se estima que en todo el mundo, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años, atraviesan por un padecimiento mental, no obstante, la mayoría carece de un diagnóstico o tratamiento oportuno.

En cuanto a Trastornos de la Conducta Alimentaria, según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en México se registran alrededor de 20 mil casos de anorexia y bulimia anuales, siendo las mujeres de entre 15 y 19 años la población más afectada.

Thalía Escamilla, psicóloga clínica informó para el equipo de Fuerza Informativa Azteca que “uno de cada 1000 hombres padece algún trastorno de la conducta alimentaria en México y siete de cada mil mujeres”.

Un Trastorno de la Conducta Alimentaria es una enfermedad mental que se caracteriza por una alteración grave y persistente en el comportamiento alimentario, mismo que suele relacionarse con pensamientos y emociones de angustia. Esta irregularidad en relación con los alimentos no puede explicarse por ninguna otra afección de salud, ni siquiera física.

Algunas de las enfermedades que desarrolla alguien con trastorno de conducta alimentaria pueden ser anorexia, bulimia, trastorno por atracón, trastorno evitativo o restrictivo de la ingesta de alimentos, síndrome de pica, trastorno por rumiación o regurgitación; las cuales suelen responder a impulsos provocados por ansiedad, miedo, dolor, etc.

Estas enfermedades pueden relacionarse con el miedo a engordar, la distorsión de la percepción de la imagen corporal y del peso, así como el pensamiento obsesivo en la comida.

Tal es el caso de Eugenia, quien ha luchado en contra de estos trastornos alimenticios, primero padeció de anorexia y durante su adolescencia comenzó con bulimia; desde pequeña se sintió presionada por parecerse a las modelos de revistas y televisión. Con 1.70 metros de altura llegó a pesar 45 kilos.

Este trastorno alimenticio se caracteriza por reducir de manera significativa la ingesta de alimentos, generando así una pérdida de peso. Las personas que sufren de anorexia están en un estado de alerta constante para no engordar.

Se obsesionan con su peso, registran el conteo de calorías de los alimentos que consumen; así es como discriminan ciertos productos de su dieta. Tienen una percepción distorsionada de cómo luce su cuerpo, suelen experimentar síntomas de ansiedad cuando van a comer.

Por su parte, la bulimia tiene como rasgo principal el consumo de una gran cantidad de alimentos en un lapso corto de tiempo, después de la ingesta, se generan en el paciente sentimientos de culpa y miedo de incrementar su peso corporal, por lo que se inducen el vómito. También recurren a otras prácticas para deshacerse de lo ingerido.

En algunos casos, quienes padecen de esta enfermedad experimentan momentos de placer y sensaciones de disfrute, que luego de unos minutos, se combinan con sentimientos de culpa y asco por lo que se ingiere, no obstante frenar estos “atracones” es muy complicado para el paciente.

Según la psicóloga Thalía, es posible que un paciente que sufre de anorexia, a pesar de su baja ingesta de alimentos, pueda recurrir a ciertos comportamientos propios de la bulimia para reducir su peso corporal.

La bulimia hace uso de prácticas poco saludables como el vómito o el consumo de laxantes, edema o ejercicio excesivo, las cuales suelen ser alternativas “compensatorias” para incrementar la pérdida de peso.

Sin embargo, cualquiera de estos dos trastornos, o la combinación de los mismos, pueden ocasionar grandes daños a la salud, algunas de las afectaciones físicas suelen ocurrir en el corazón, aparato digestivo, huesos, dientes, boca, y en caso de no ser tratado a tiempo, podrían conducir a la muerte.

Existen síntomas de alerta que las personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria manifiestan, en el caso de la anorexia pueden ser mareos o desmayos por deshidratación, intolerancia al frío, debilidad muscular, estreñimiento severo, hinchazón y plenitud abdominal después de las comidas, pérdida ósea, depresión, irritabilidad, ansiedad, falta de concentración, fatiga, etc.

Mientras que algunas señales de que alguien padece de bulimia son dolor de garganta crónico, ir al baño justo después de comer, caries dental, acidez estomacal y reflujo gastroesofágico, abuso de laxantes y diuréticos, diarrea recurrente inexplicable, etc.

En caso de sospechar que algún conocido padece de anorexia, bulimia, o ambas, lo recomendables es asistir con especialistas como psicólogos y nutriólogos que traten los TCA para trabajar los pensamientos distorsionados en relación con la comida y su consumo, pero también se recomienda asistir a un médico general para conocer el estado de salud física del paciente.