Arrullar al Niño Dios en Navidad es uno de los momentos más esperados en todos los hogares durante las fiestas decembrinas, esto debido a que se trata de una tradición que fomenta la paz, la unión familiar, la protección y el amor al prójimo.
En México, el Niño Dios representa todo eso y mucho más para millones de feligreses que acuden a visitar una escultura gigante y única de su imagen, la cual fue creada para llevar al mundo un mensaje de esperanza, salud, reconciliación y paz.
¿Dónde está el Niño Dios más grande?
El Niño Dios más grande del mundo nació en Iztapalapa, en la Ciudad de México, donde artesanos de la familia Gómez Reséndiz se encargaron de esculpir esta imagen que representa unión y esperanza para millones de personas.
La intención, según han narrado en diversas entrevistas los integrantes de la familia, era replicar la tradicional imagen del “Niño Dios” y llevarla a gran escala para luego transportarla a diversos estados de la República Mexicana en los que muchas iglesias han optado por honrar su imagen.
¿Cuánto mide y pesa el Niño Dios más grande de México?
La imagen que une a millones de mexicanos entre el 24 y 25 de diciembre mide más de cinco metros de largo y pesa casi media tonelada. Como base principal cuenta con un esqueleto de acero y espuma de poliuretano, además de capaz de resina para destacar su rostro.
De acuerdo con los artesanos, el Niño Dios alcanza los 7 metros cuando se encuentra sentado en alguno de los nacimientos o iglesias en las que reciben esta majestuosa creación de manos mexicanas.
El mensaje que ha compartido con miles de feligreses a lo largo de todo el país es el de esperanza, salud, reconciliación y paz. Esto ha permitido que muchos se inspiren en su figura y repliquen imágenes a gran escala del Niño Dios, pero ninguna ha superado a la que nació en Iztapalapa, Ciudad de México.
¿Cuándo arrullar al Niño Dios?
Sitios especializados como Desde la Fe exponen que para arrullar al Niño Dios, el momento idóneo es durante la noche del 24 de diciembre, en Nochebuena.
“El 24 de diciembre marca la víspera del nacimiento de Jesús, y arrullar al Niño Jesús es una manera de celebrar y recordar este evento. La Nochebuena es una de las noches más significativas en la tradición navideña, y arrullar al Niño Jesús se ha convertido en una práctica arraigada como parte de las celebraciones festivas”, añade.
