Su existencia biológica comenzó en 1994, cuando su padre era apenas un niño. Este fin de semana, Thaddeus Daniel Pierce nació en Ohio, estableciendo un nuevo récord mundial al desarrollarse a partir de un embrión que permaneció criopreservado durante 30 años y medio.
Su nacimiento no es solo una proeza científica, sino el capítulo final de una odisea de tres décadas marcada por la fe, la tecnología obsoleta y la perseverancia de dos familias unidas por un puñado de células congeladas.
Tres “pequeñas esperanzas” congeladas en el tiempo
La historia se remonta a mayo de 1994. En ese entonces, Linda Archerd, tras años de lucha contra la infertilidad, se sometió a uno de los primeros tratamientos de fecundación in vitro (FIV), logrando crear cuatro embriones. Uno fue transferido y resultó en el nacimiento de su hija, quien hoy es una mujer de 30 años. Los otros tres quedaron congelados.
Linda Archerd los llamó sus “tres pequeñas esperanzas” y durante las siguientes tres décadas, pagó miles de dólares anuales por su almacenamiento, incluso tras divorciarse y ganar la custodia de los embriones en el proceso. Cuando la menopausia le impidió usarlos, se negó a descartarlos o donarlos anónimamente para investigación. Su ADN, los hermanos genéticos de su hija, merecían una oportunidad.
Exclusive: A record-breaking baby has been born from an embryo that’s over 30 years old https://t.co/F0gLtfVPVc
— MIT Technology Review (@techreview) July 29, 2025
Un cruce de fe, ciencia y tecnología obsoleta
La solución llegó a través de la “adopción de embriones”, un concepto impulsado por agencias cristianas que consideran al embrión como una vida humana. Archerd contactó al programa Snowflakes de la agencia Nightlight Christian Adoptions.
El principal obstáculo era tecnológico: más del 90% de las clínicas modernas rechazan embriones tan antiguos debido a que fueron congelados con la técnica de congelación lenta, un método anticuado y de mayor riesgo que la vitrificación actual. El reto fue aceptado por la clínica Rejoice Fertility en Tennessee, dirigida por el doctor John Gordon, y ejecutado por la embrióloga Sarah Atkinson, una de las pocas expertas capaces de descongelar con éxito estos frágiles viales.
Los padres receptores, Lindsey y Tim Pierce, una pareja de Ohio que llevaba siete años intentando tener un hijo, se inscribieron en el programa sin saber que serían emparejados con embriones que eran casi tan viejos como ellos. De los tres embriones de Archerd, todos sobrevivieron a la descongelación, dos fueron transferidos al útero de Lindsey y uno de ellos es hoy el bebé Thaddeus.
A central Ohio couple has apparently made history after becoming parents to a baby who was frozen as an embryo more than 30 years ago, setting a record for in vitro fertilization deliveries. https://t.co/IDGcDOCoYM
— WGN TV News (@WGNNews) August 2, 2025
Ahora, Thaddeus Daniel Pierce duerme en su cuna, un recién nacido cuya existencia biológica comenzó al mismo tiempo que el auge de internet. Su hermana genética, una mujer de 30 años, es un testimonio viviente de su pasado, y él, un bebé récord que redefine los límites del tiempo y la vida.