Explosión en hospital de Gaza desata indignación mundial

Miles de personas salieron a las calles alrededor del mundo este 18 de octubre para mostrar su indignación ante la guerra entre Israel y Hamás, donde cientos de civiles han muerto en Gaza.

El acto más reciente, que desató la furia internacional fue la explosión de un misil en el hospital Al-Ahli, donde murieron más de 500 personas entre hombres, mujeres, niños y personal sanitario.

Hasta el momento se desconoce quién es el autor del ataque, ya que Israel y Hamás se culpan mutuamente. Los palestinos aseguraron que se trató de un ataque aéreo israelí. Mientras que Israel dijo que la explosión fue causada por un misil fallido del grupo militante Yihad Islámica Palestina.

Este acto ya es considerado el más letal desde que inició el conflicto el pasado 7 de octubre, cuando militantes de Hamás atacaron por sorpresa a Israel, matando a más de mil personas, la mayoría congregadas en un festival de música.

Algunas de las protestas por Gaza se tornaron violentas. Funcionarios palestinos indicaron que las fuerzas israelíes mataron a tiros a dos jóvenes palestinos cerca de Ramalá en Cisjordania.

Miles de personas en Líbano protestaron cerca de la embajada de Estados Unidos, por lo que la policía tuvo que intervenir y dispersar a las personas utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua. Los manifestantes se enfrentaron a las autoridades.

Los iraníes, partidarios de Hamás y enemigos de Israel, se manifestaron con pancartas que decían “Muerte a Israel” y Muerte a Estados Unidos”, país al que acusan de ser aliado.

Alrededor de 300 personas en Irak también protestaron cerca de la sede de la embajada de Estados Unidos y de otras misiones extranjeras.

En Jordania también marcharon con rumbo a la embajada de Israel, pero en el intento fueron frenados por las autoridades, por lo que se desató un violento enfrentamiento; varios policías resultaron heridos.

En Francia, el panorama no fue diferente, cientos de simpatizantes de cada bando salieron a manifestarse, pero las protestas se tornaron violentas y la policía de París tuvo que intervenir para dispersar a los manifestantes.

En Túnez, los manifestantes quemaron banderas israelíes y estadounidenses y exigieron la expulsión de los embajadores de Estados Unidos y Francia por lo que calificaron de apoyo incondicional a Israel.