Una pareja en Estados Unidos llevaba casi 20 años tratando de tener un hijo, pero una extraña enfermedad que genera infertilidad no se los permitió. No fue sino hasta que un grupo de médicos halló la solución con un novedoso método que emplea la Inteligencia Artificial.
En un inicio, la pareja había acudido a varias sesiones de fertilización in vitro en diversos centros alrededor del mundo, pero sus intentos fueron fallidos por una enfermedad llamada azoospermia: una condición en la que no hay espermatozoides en el semen que eyacula el hombre, explica el Instituto Nacional del Cáncer de la Unión Americana.
Debido a ello, al no tener espermatozoides, los especialistas no podrían realizar la fecundación de los óvulos de la mujer. Tras ello, la pareja fue al Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, donde intentaron un nuevo método llamado STAR, que usa la Inteligencia Artificial para encontrar espermatozoides aptos para la fecundación.
¿Cómo usaron la Inteligencia Artificial para ayudar a un embarazo?
El sistema STAR (Recuperación y Seguimiento de Esperma, por sus siglas en inglés) consiste en colocar una muestra de semen en un chip especialmente diseñado, el cual es colocado bajo un microscopio.
Este artefacto, a su vez, tiene una conexión con una cámara de alta velocidad y tecnología de imágenes para escanear la muestra, con lo cual logran obtener más de 8 millones de imágenes en menos de una hora. La Inteligencia Artificial está entrenada para identificar las células de esperma en dichas secuencias.
Después, el sistema aísla esos espermatozoides en pequeñas gotas, lo que permite a los embriólogos recuperarlas.
¿Cuántos espermatozoides hay en una muestra?
En una muestra típica de semen hay entre 200 a 300 millones de espermatozoides, pero en un hombre con azoospermia, esta cantidad se reduce a apenas dos o tres células, aseguró el doctor Zev Williams, del Centro de Fertilización de la Universidad de Columbia a la cadena CNN.
Tanto Williams como sus demás compañeros pasaron cinco años desarrollando este método que demuestra su primer éxito, porque la pareja en cuestión, cuya identidad permanece anónima por motivos de privacidad, ya espera el nacimiento de su bebé, que será en diciembre de 2025.