21 de junio (Azteca Noticias).- El personal de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) por sus siglas en inglés, está drogando niños migrantes sin consentimiento de sus padres con psicotrópicos y de forma rutinaria con el fin de mantenerlos tranquilos de acuerdo con información recabada por el HuffPost’.
La información surge de una demanda presentada el 16 de abril sobre actos de lesa humanidad en los campamentos de migrantes de Donald Trump, presuntamente los funcionarios de la administración estadounidense han insistido en que la política de separación familiar que se implementó durante las últimas semanas es humanitaria, sin embargo, la demanda en curso alega una serie de malas prácticas en las instalaciones contratadas por la ORR de acuerdo al citado medio internacional.
Un menor identificado como ‘Julio Z’ contó que llegaron a suministrarle hasta nueve pastillas por la mañana y otras siete por la noche sin saber qué tipo de químico le estaban dando. “Me dijeron que si no tomaba el medicamento no podría irme”.
En los documentos oficiales de la demanda se lee que la ORR administra medicamentos psicotrópicos a pequeños sin autorización legal y que cuando los niños se niegan los obligan a ingerir la sustancia pues la institución no requiere ni pide consentimiento de los padres, en cambio, el personal de establecimiento firma formularios de ‘consentimiento’ dándose a sí mismos la ‘autoridad’ para administrar fármacos psicotrópicos a los niños que se encuentran bajo su control.
Uno de los albergues en los que más se ha detectado esta práctica es en el Centro de Tratamiento Residencial Shiloh en Manvel Texas, sin embargo Holly Cooper, uno de los abogados que representan a los niños en el litigio sobre el uso de medicamentos afirma que el problema es generalizado en todos los albergues que han servido para llevar a cabo las políticas ‘cero tolerancia’ de Trump.
Julio Z. declaró que los agentes los obligan a tomar pastillas y a veces hasta les ponen inyecciones a la fuerza mientras dos empleados los sujetan.
Los medicamentos han demostrado tener efectos graves en el organismo de los pequeños; Julio engordó 20 kilos en dos meses, mientras que la madre de otra niña que también testificó, dijo que el efecto del medicamento es tan fuerte que la pequeña no podía mantenerse de pie y era incapaz de caminar.
Luis Zayas, decano de Trabajo Social de la Universidad de Texas, entrevistó a docenas de niños en Centros de Detención Familiar e identificó los medicamentos que fueron suministrados, los cuales son utilizados para controlar la depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención, trastorno bipolar, los trastornos del estado de ánimo, esquizofrenia y convulsiones.
Dentro de las píldoras identificadas figuran Clonazepam, Duloxetina, Guanfacina, Geodon, Olanzapina, Latuda y Divalproex que tienen como base ansiolíticos fuertes con acción depresora del sistema nervioso central destinados a disminuir o eliminar síntomas de ansiedad.
Ante las declaraciones de los pequeños el Shiloh Residential Treatment Center se negó a hacer declaraciones al respecto para el ‘HuffPost‘, no respondieron a llamadas ni correos y remitieron la solicitud de declaración ante la Oficina de Reasentamiento de Refugiados de EUA.