16 de mayo.- La delegación del gobierno de Castilla y León decidió prohibir la manifestación que VOX había programado para el sábado 23 de mayo en nueve capitales de provincia, por considerar que representa peligros para la salud pública.
La mayor parte de las ciudades de Castilla y León, permanecen en la fase cero de la desescalada, por ser un territorio muy perjudicado por el COVID-19, lo que significa que las restricciones de aislamiento social se mantendrán.
El líder de VOX, Santiago Abascal, rechazó la medida y embistió contra la alianza que gobierna Castilla y León, compuesta por el Partido Popular y Ciudadanos.
“El PP de Castilla y León, a través de su consejería de Sanidad, está colaborando en la censura que impone el gobierno social comunista para acallar las protestas ¿Qué riesgo de propagación puede existir en una caravana de coches?”, dijo Abascal.
El partido de ultraderecha ha promovido la realización de cacerolazos en los balcones por las noches y las marchas motorizadas en algunas regiones de España.
De acuerdo con el gobierno de Castilla y León, tienen la facultad de decidir si se realizan o se suspenden algunas actividades en función de las disposiciones establecidas para detener el esparcimiento del COVID-19.
El gobierno español presentó hace dos semanas, un plan de desescalada de las autonomías, con base en el estatus de la lucha contra la pandemia.
Algunas partes de España, como Madrid y Castilla y León, continúan en la fase cero que contemplan que continuarán las medidas de aislamiento social, mientras que en la fase 1, a la que ya entraron otras regiones, plantea la apertura de terrazas y restaurantes al 50 por ciento de su capacidad y reuniones de máximo 10 personas.