¿No puedes sacarte de la mente los recuerdos e imágenes de tu crush? La UNAM lo explica en su texto “La neurociencia y el amor”.
Aunque el amor ha sido uno de los fenómenos más estudiados y menos comprendidos, ahora se sabe que “el enamoramiento provoca una importante manifestación de sinapsis neuronales a lo largo de varias estructuras cerebrales”.
Expertos de la Facultad de Medicina explican que el amor se divide en tres categorías: atracción sexual, amor romántico, y apego.
El primero es alimentado por el estrógeno y testosterona, por lo cual al inicio de una relación el cortisol (hormona del estrés) aumenta y “crea la sensación eufórica y las “mariposas” que sentimos en el estómago”.
Asimismo, se reduce la actividad de la corteza frontal, importante para el razonamiento y el juicio.
El segundo provoca la liberación de diversos neurotransmisores, entre los que se encuentran la dopamina, norepinefrina y serotonina. Esto nos lleva a relacionarlo con el sistema de recompensa en nuestro cerebro.
Durante esta etapa podemos sentir “placer, prestar atención y mantener la motivación para perseguir y obtener recompensas”.
El tercero “es esencial para las conexiones familiares y sociales. Este tipo de amor parece ser fomentado por la oxitocina y la vasopresina. La primera está relacionada con el confort proveniente del contacto físico, como los abrazos y la lactancia materna. Por otra parte, la vasopresina parece contribuir al apego entre hombres.
“Ambos transmisores nos permiten sentirnos seguros y relajados cuando estamos rodeados de nuestra familia y amigos”.