Fotos | Conocimos el rostro de la pesadilla a través de las Rastreadoras de Cd. Obregón
Las rastreadoras tienen jornadas agotadoras, tanto física como mentalmente.
Fueron tan solo 3 días los que acompañamos a Las Rastreadoras de Ciudad Obregón, pero fue tiempo suficiente para dibujar el rostro de la pesadilla que están viviendo.
Madres, hermanas y sobrinas con DOLOR como denominador. Grupos compactos, unidos, variados [recordando que también hay padres, hermanos y voluntarios en los mismos] que denotan hermandad.
Al principio puede ser desconcertante escucharlas reír, bromear y cantar cuando se dirigen a las búsquedas, pero con el paso de los minutos recuerdas que, como el resto de nosotros, son seres humanos a los que la impunidad y la indolencia de las autoridades les arrancaron el alma y una pieza importante de su vida.
Escuchar sus historias y su lucha - por meses o años - genera empatía por naturaleza. Es imposible no TRATAR de comprenderlas ya que, como ellas dicen, NADIE puede ponerse en sus zapatos, solo alguien que haya pasado por lo mismo.
Sus jornadas son agotadoras, física y mentalmente. Perdimos la cuenta del número de hoyos y zanjas que cavamos ya que, a la menor sospecha, obligadamente comenzábamos a trabajar hasta que la última persona estuviera convencida de que no encontraríamos nada, lo cual a veces resulta difícil.
Al final, en nuestro hotel, con el cuerpo adolorido y las manos abiertas, no dejábamos de pensar en la frustración que ellas estarían viviendo y reconocer el coraje para repetirlo una y otra, y otra vez, hasta cumplir esa promesa.
Al final, y mientras despega el avión que nos regresaría a la capital, nos hicimos la promesa de no olvidar ¡es imposible! y continuar difundiendo ese trabajo de amor que no parará.
VIDEO: Roberto Ruiz realizó un reportaje donde acompañó a las Rastreadoras de Sonora para conocer a detalle la labor que realizar con la única consigna de llevarle esperanza y certeza a una familia.