Hay rincones de la Ciudad de México (CDMX) que se sienten como otro universo, y Tepito es uno de ellos. Tiene fama de bravo, sí, pero también guarda una historia poderosa, una vibra callejera auténtica y una identidad tan marcada que no hay forma de visitar la zona sin sentir algo.
Mucha gente le saca la vuelta, pero quienes se atreven a conocerlo bien suelen salir con otra visión: no solo es un mercado enorme… también es cultura, barrio, arte y resistencia.
De acuerdo con la inteligencia artificial (IA) de ChatGPT alguien dice que conoce la CDMX pero nunca ha pisado Tepito, le falta barrio, literal.
¿Por qué todo el mundo habla de Tepito?
Tepito no es cualquier colonia. Está en el corazón de la alcaldía Cuauhtémoc y, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), ahí viven más de 44 mil personas.
Gran parte de la comunidad se dedica al comercio, y no es para menos: el tianguis de Tepito es gigantesco, caótico, ruidoso y lleno de vida.
Ahí se encuentra de todo, desde tenis de marca (a veces dudosa) hasta cosas que no sabías que necesitabas. Pero hay mucho más que solo ventas.
Tepito ha visto crecer a boxeadores legendarios, músicos, artistas urbanos y gente con una fuerza de espíritu que no se rinde. Es un lugar que ha resistido estigmas, marginación y mil batallas, y que aun así sigue de pie, mostrando los dientes y el corazón.

¿Ir o no ir a Tepito? Esa es la pregunta
La verdad es que mucha gente le tiene miedo, y no sin razón: los índices de percepción de inseguridad son altos, y el propio INEGI lo ha documentado en sus encuestas como la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU).
Pero como todo en la vida, hay matices. Si se va de día, acompañado, sin provocar, sin grabar a lo loco y con respeto, se puede conocer un lado más amable y sorprendente del barrio.
Además, últimamente ha habido esfuerzos desde adentro —no del gobierno, del propio barrio— para mostrar otra cara: hay murales, recorridos culturales y hasta actividades deportivas que buscan cambiar la narrativa.
¿Y si no voy a comprar, qué hago?
Comprar es lo más fácil, pero si de verdad se quiere conocer Tepito, hay que caminarlo. Hay murales impresionantes con historias potentes detrás, gimnasios donde entrenan promesas del box y puestos de comida que no le piden nada a ningún restaurante de moda.
Una tlayuda, una conversación con algún comerciante, un recorrido con guía local o simplemente sentarse a ver cómo se mueve la vida en ese pedacito de ciudad… eso ya vale el viaje. Tepito es crudo, pero real. Y por eso mismo, inolvidable.
¿Te animas o no? Lo cierto es que en la capital hay lugares que marcan, y este barrio lo hace, para bien o para mal.