La popularidad y la fama de Julio después del campeonato lo han llevado a la cima del éxito, el ego del Campeón se infla en la misma proporción, ahora se mueve en las grandes ligas: políticos y empresarios famosos a sus pies, uno de ellos es Gonzo Toledano; Ángel aprovecha que el Campeón ya no está conforme con los negocios que el Zurdo Félix y King realizan pues no ha visto que sus honorarios crezcan igual.

Al calor del coraje, Julio acepta que Ángel sea su nuevo promotor. El Zurdo le pone precio al contrato, 50 millones de pesos que Ángel con gusto paga. Rómulo le hace ver a Julio que fue una muy mala decisión porque Ángel lo va a distraer de lo verdaderamente importante: el box, pero como ya dio su palabra pues ya no hay marcha atrás.

Lo anterior y las palabras de su hermano Rodolfo, que le confiesa que Ángel le ofreció una pelea chueca, hacen dudar seriamente a Julio, quien decide quedarse mejor con lo que tiene. Ángel parece que respeta su decisión, pero ya tiene a su presa, solo la suelta un poco haciéndole creer que no hay problema con que haya dicho que no, así que se acerca vía Amalia, quien está embarazada y próxima a casarse con el Campeón y le facilita información para la urgente compra de una casa en la que la hermosa Mariel tiene mucho que ver. Como era de esperarse, Julio cae y se queda con él como su nuevo promotor.

En Los Pinos hay propuestas de levantar la imagen del Partido y del Gobierno, se conseguirá a través de campañas con cantantes y deportistas famosos, pero no se llevan a cabo. La felicidad de Amalia se esfuma en cuanto su querida suegra decide que celebrarán una fiesta doble: su boda y los quince años de su cuñada Mari. En realidad, eso no es lo que la tiene molesta, ama a Julio y haría cualquier cosa que le pida, sino que no alcanza a ver en el berenjenal en el que se está metiendo, pero lo presiente.
