Beber agua con una pequeña cantidad de sal al iniciar el día se ha vuelto una tendencia en el mundo del bienestar, ya que algunos especialistas señalan que esta mezcla puede favorecer la hidratación y contribuir a que la piel luzca más fresca y radiante. Aunque no es un remedio milagroso, su efecto se relaciona con el equilibrio de minerales y la forma en que el cuerpo inicia sus funciones por la mañana.
De acuerdo a la nutricionista Jo Woodhurst, esta práctica contempla ciertos
beneficios en el cuidado del cuerpo
. En diálogo con la revista Vogue, la experta mencionó que, ingerir esta mezcla puede:
- Mejora la hidratación: una mínima cantidad de sal (especialmente sal marina o sal rosada) aporta electrolitos como sodio y minerales traza. Estos ayudan a que el cuerpo absorba el agua con mayor eficiencia.
- Ayuda al equilibrio electrolítico: después de varias horas sin consumir líquidos, el cuerpo puede beneficiarse de un pequeño aporte de minerales que apoyan funciones nerviosas y musculares.

- Puede apoyar la digestión: se cree que una pizca de sal estimula la producción de enzimas digestivas y del ácido estomacal, lo que podría favorecer un mejor inicio del proceso digestivo.
- Contribuye a la energía matutina: la hidratación adecuada participa en la regulación del volumen sanguíneo y la función celular, lo que puede traducirse en sensación de mayor vitalidad.
- Aporta trazas de minerales: sal no refinada puede contener pequeñas cantidades de magnesio, potasio y otros minerales, útiles en procesos celulares.
La advertencia de los especialistas frente al consumo excesivo de agua con sal
Aunque beber agua con una pizca de sal puede tener varios beneficios, los especialistas advierten que excederse en su consumo puede resultar perjudicial para la salud y debe ser consumido con moderación.
El principal riesgo es la ingesta elevada de sodio, un factor asociado al aumento de la presión arterial, la retención de líquidos y el sobreesfuerzo del corazón y los riñones, según expertos del sitio Bebbia.
A su vez, indicaron que su consumo excesivo también puede provocar desequilibrios electrolíticos, alteraciones en la función renal, hinchazón y dolores de cabeza.
