1950. Victoria y su familia llegan a Ciudad Juárez buscando empezar una nueva vida. La moderna frontera dista mucho del campo michoacano, por lo que Victoria debe adaptarse rápidamente para sacar adelante a sus hijos.
La precaria situación económica obliga a los Aguilera a trabajar largas jornadas laborales, donde Victoria y Virginia se hacen de pretendientes, y tienen cada vez menos tiempo para cuidar al pequeño Alberto, de tan solo seis meses de edad.
Inmersa en una dura situación, frente a un mundo nuevo que la deslumbra, Victoria toma la decisión más difícil de su vida y opta por buscar el bien de Alberto, así deba permanecer alejada de él.