Al escapar del Tribunal, Alberto es rechazado por su madre pero convence a Juanito de recibirlo en casa, siempre y cuando se gane la vida honradamente.
Así, busca a Virginia y le ayuda a vender sus burritos en la calle. En una de esas jornadas conoce el mundo del góspel, una nueva escuela musical que lo lleva a vivir a California, bajo un ambiente religioso en donde todo es nuevo y de todo se aprende.
Pero Alberto extraña México y regresa a Juárez de aventón, con un grupo musical que aviva sus sueños de vivir del canto. Una vez en Juárez, Gabriel, su hermano, lo busca para llevarlo con su madre a Parácuaro, donde Alberto se siente atrapado nuevamente.
El desencanto se consuma con una enfrenta familiar en la que Alberto decide vivir la vida a su manera, así deba romper lazos con su familia para siempre.