Después de salir de prisión gracias a un amparo, Cortés descubre que Clarisa fue quien lo denunció por lo que decide buscarla para encararla. Clarisa decide exigirle el divorcio.
Clarisa descubre que Cortés le quitó todos sus bienes y pretende chantajearla para evitar un divorcio. Por otro lado, Cortés descubre que su banco está perdiendo clientes tras el escándalo de su infidelidad, él decide en culpar a Natalie por lo sucedido pero ella le refrenda su amor incondicional.
Para evitar el divorcio, Cortés le ordena a un sicario que corte los frenos del auto de Clarisa, quien más tarde sufriría un accidente donde moriría. Cortés finge estar preocupado por su ahora viuda. Para un crimen perfecto, hay que eliminar pruebas y eso fue lo que hizo Cortés, todo parecía un accidente.
La policía tiene sus dudas sobre el accidente de Clarisa y sospecha que Cortés esta detrás de todo, pero éste no se quedará tranquilo y negocia un soborno para evitar las investigaciones.
Rafael, el hijo desconsolado de Clarisa, encara a su padre Cortés sin embargo él le hace creer que Clarisa consumía antidepresivos que pudieron haber provocado el accidente.
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