Llegó no embarazada, sino embarazadísima, a la presidencia de Conapred. Su solo nombramiento fue una excelente señal para el trabajo que hace todos los días: combatir la discriminación en el país. Como la que viven aún las mujeres que se embarazan y son madres en el empleo.
Alexandra Haas Paciuc, licenciada y maestra en Derecho,venía de Washington, ahí había trabajado en la Embajada de México y a los seis meses le tocó co-organizar, junto con Presidencia, un evento histórico en el país: la primera reunión que se hizo en Los Pinos sobre diversidad sexual.
No sólo eso, sino que ahí Enrique Peña Nieto hizo un anuncio histórico, fruto de muchas décadas de lucha de la comunidadlésbico-gay, bisexual, transexual, travesti, e intersexual (LGBTTI): la firma de dos iniciativas que, de aprobarse en el Congreso, harán posible el matrimonio igualitario en México. Es decir, que el matrimonio civil pueda ser entre dos personas, punto, independientemente de su sexo.
En su discurso inicial, el Presidente hizo lectura del Artículo 1º. Constitucional. El que ya está aprobado. Legalmente deja pocoa la interpretación. La discriminación por preferencia sexual está prohibida en el país; si a eso se le suma una resolución de la Suprema Corte de Justicia que ya permite matrimonios entre personas del mismo sexo en todo el país –sólo tienen que ampararse—y que instó a que todos los estados de la República hagan cambios a sus leyes locales, la mesa está puesta.
Pero la reacción de grupos conservadores y de la Iglesia Católica en particular ha sido fuerte. De eso hablo con Haas: ¿qué responde ella a las principales críticas que han esgrimido para tratar de que esta iniciativa no se apruebe? ¿qué es lo que más le ha sorprendido de estas posturas? Y una pregunta que hace ella que me queda resonando: ¿cómo por qué nos importa tanto la vida sexual de los demás?
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