BLOG: Javier Sicilia, el deshabitado

Hacía tiempo que no veía, en persona, a Javier Sicilia. Aún tengo la imagen de la última vez que lo vi, antes de esta grabación: se le veía cansado, triste, un tanto agobiado por la presión interna y externa que había generado en su persona el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que impulsó y creó tras el asesinato en marzo de 2011 de su hijo, Juanelo.

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Hacía tiempo que no veía, en persona, a Javier Sicilia. Aún tengo la imagen de la última vez que lo vi, antes de esta grabación: se le veía cansado,triste, un tanto agobiado por la presión interna y externa que había generado en su persona el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que impulsó y creó tras el asesinato en marzo de 2011 de su hijo, Juanelo.

Ahora está aquí de nuevo para platicar de una novela autobiográfica que presenta en estos días: “El Deshabitado” (Grijalbo/Random House/ Proceso). Un recuento de lo que ha vivido en los últimos años, una experiencia muy fuerte, dolorosa, frustrante, pero que también lo ha enfrentado con la idea de que el amor es la única respuesta posible. Es una novela interesante (y muy dura) en la que él es el autor, el narrador omnisciente (que todo lo sabe) y también el protagonista. Una novela que también va acompañada de un importante anexo de documentos de discursos,cartas, y un índice onomástico de todas las personas que menciona.

Pero me fijo en él, en su mirada, en su voz. Está más sereno, más tranquilo. Era parte de la apuesta al escribir esta novela: clarificarse al redactar lo vivido; sanarse dentro de lo posible al revivir lo pasado. Creo que lo logró. Su sonrisa, que siempre estuvo presente, ahora fluye con más facilidad. Su mirada es amorosa pese a que hable de la tragedia que le tocó vivir y las miles que le tocó acompañar.

Algo que escribió y que dijo me ha dado vueltas en la cabeza desde que el fin de semana pasado comencé a leer el libro y más aún tras verlo: que necesitamos silencio. Sí, silencio en este mundo hiperconectado, donde, como bien dice, “no hay nada más viejo que el tuit de hace dos minutos”.

Silencio para escuchar al otro,a los otros. No hay diálogo posible sin silencio, sin reflexión, sin escuchar por lo que están pasando las otras personas. Por supuesto que hablamos de las víctimas y su cruel experiencia en México hoy, pero es una enseñanza que creo que deberíamos aplicar a todo. Escuchar mucho más que hablar. Es algo que nos urge, no sólo en México, sino en el mundo.

Ya me callo pues. Estamos abiertos a escucharte en nuestras redes sociales: Facebook / Twitter /

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